​¿Otra década pérdida?

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Gonzalo Islas 4 2023

Los años 80 son conocidos como “la década pérdida” para las economías de América Latina. La crisis de la deuda, que llevó al default a la mayoría de los países del continente, tuvo un impacto demoledor. En efecto, entre 1981 y 1990 el producto per cápita cayó en un 5%, se registraron altas tasas de inflación, con episodios de hiperinflación en Argentina, Brasil y Perú; retroceso de los salarios reales y aumento de los niveles de pobreza.


El 2010, a inicios de la década anterior el panorama parecía promisorio, con tasas de crecimiento que superaban el 5%, sin embargo, los últimos 10 años han estados marcados por el estancamiento. La pandemia golpeó fuerte a nuestro continente y la recuperación ha sido lenta. El informe “Panorama Social de América Latina y el Caribe”, presentado por la CEPAL en noviembre, muestra que recién el 2022 las tasas de pobreza recuperaron los niveles anteriores a la crisis del Covid y que la participación en el mercado laboral se mantiene por debajo de lo observado en 2019. En términos agregados, el crecimiento promedio en los últimos 10 años en América Latina, alcanza a 0,8%, no muy distinto al de la década de los 80.


El mayor problema es que si a fines de los 80 el continente miraba el futuro con un cierto optimismo, con países como Chile marcando una rápida recuperación, ahora las proyecciones no son auspiciosas. El Fondo Monetario Internacional estima que para los próximos 5 años la tasa de crecimiento de la región alcanzará un 2,4%, menor al promedio esperado a nivel mundial que se ubica en el 3,1%, y significativamente más baja que la del resto de las economías emergentes que se proyecta en 4%. Es decir, nuestro continente continúa quedándose atrás.


Por otra parte, el Banco Mundial en su Reporte Internacional de Deuda, publicado hace algunas semanas, destaca el riesgo que la combinación de bajas tasas de crecimiento y altas tasas de interés a nivel internacional representan para las economías en desarrollo, todo esto en un contexto donde el endeudamiento de la mayoría de los países del continente aumentó en la crisis del Covid.


La inestabilidad política también juega un rol. Si bien en esto nuestro continente no es una excepción y más bien sigue las tendencias observadas en el resto del mundo, la dificultad para encontrar consensos a nivel político dificulta la implementación de estrategias efectivas de desarrollo. Los problemas de gestión del Estado también están presentes en la mayor parte del continente y no es posible ignorar el fantasma del autoritarismo.


Pero no todas las noticias son negativas. Una diferencia importante con los años 80 se da en la inflación, que a excepción de Argentina y Venezuela, está en camino a volver a estar bajo control. Sin embargo, tal como hace 100, 50 o 10 años, América Latina continúa siendo un continente lleno de potencial no aprovechado. Lamentablemente, la posibilidad de que el 2020 estemos hablando de otra década pérdida parece cada vez más cercana.



Gonzalo Islas

Decano Facultad de Ingeniería y Negocios 

Universidad de Las Américas

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