Entre el miedo y la salud mental: Desafíos de la inseguridad en Chile

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Jorge Fuentes

En la encrucijada entre el miedo que genera la creciente inseguridad y el bienestar mental de los chilenos, surge una problemática que va más allá de la seguridad física y se adentra en el ámbito de la salud mental. El Termómetro de la Salud Mental 2023 de la ACHS y la Universidad Católica revela que el 67% de los chilenos identifica la delincuencia como la principal fuente de estrés, una cifra que apenas ha variado desde abril de 2021. Este dato invita a reflexionar sobre cómo el clima de inseguridad impacta directamente en el equilibrio psicológico de la población.


La ansiedad y el estrés, desencadenados por la preocupación constante ante la delincuencia, son más que meras respuestas emocionales. Como psicólogo, es esencial comprender que estos estados afectan no sólo el ánimo y las emociones, sino también se manifiesta en el cuerpo. Un ejemplo de ello, es lo que ocurre con la liberación crónica de cortisol, la hormona del estrés, la que no sólo nos mantiene alerta, sino que también influye negativamente en la función cerebral y la salud física.


Un hecho no menor es que dentro del estudio se destaca la importancia de las redes sociales como un factor relevante en la ecuación del bienestar mental. La constante exposición a noticias sobre la delincuencia no sólo actúa como un reflejo de la realidad, sino que también contribuye de manera significativa a nuestra percepción de inseguridad, impactando directamente en nuestra salud mental, ya que puede intensificar la sensación de amenaza, generando un ciclo de ansiedad y estrés.


El vernos expuestos a relatos alarmantes y acontecimientos negativos incrementa la percepción de que la delincuencia es omnipresente, aunque pueda no ser así. Por lo que este bombardeo de información puede alterar nuestro estado emocional, afectando la calidad de nuestro sueño, aumentando la vigilancia constante y desencadenando respuestas fisiológicas asociadas al estrés.


Sabemos que el estrés sostenido no sólo es incómodo, sino que, a largo plazo, se asocia con el riesgo de desarrollar trastornos mentales. La fatiga laboral, ansiedad generalizada, crisis de pánico y depresión son solo algunas de las manifestaciones que pueden surgir como resultado de una exposición constante a situaciones estresantes.


Como sociedad, es crucial abordar estos desafíos desde una perspectiva de salud mental, siendo no es sólo tarea de los profesionales de la salud mental, sino que cada persona tiene un papel en la construcción de comunidades emocionalmente saludables. El ejercicio regular, el control de la ansiedad a través de técnicas de respiración, el establecimiento de metas realistas y la contribución a la comunidad son herramientas poderosas al alcance de todos.


Si bien la inseguridad y la delincuencia son problemas complejos que requieren respuestas integrales, no debemos pasar por alto la dimensión psicológica de estas experiencias. En la medida en que trabajamos para fortalecer la seguridad pública, también debemos considerar cómo preservar la salud mental de nuestra sociedad. El diálogo abierto sobre estos temas, la promoción de prácticas saludables y el reconocimiento de la importancia de buscar ayuda profesional cuando sea necesario son pasos esenciales en el camino hacia una comunidad más resiliente y emocionalmente equilibrada.


Jorge Fuentes,

psicólogo y Director de Pranavida

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