​Fraude financiero, una amenaza constante

|

A1

La transformación digital que está viviendo la sociedad, acelerada por la pandemia, ha provocado un aumento exponencial del intercambio y almacenamiento de datos, disparando como nunca antes la digitalización de los procesos de compra, entre otras actividades.

Podría pensarse que esta nueva tendencia, solo traería beneficios para los que hoy optan por esta alternativa cada vez más digital pero, a medida que los comportamientos humanos van adaptándose a nuevas formas de hacer las cosas, los ciberdelincuentes van aprendiendo de ello, volviéndose más sofisticados y buscando oportunidades para defraudar a personas, empresas e instituciones, por lo que invertir en tecnología es un aspecto más que necesario para evitar fraudes y complicaciones en nuestro entorno.

Desde el punto de vista corporativo, las consecuencias de un delito de este tipo no se pueden cuantificar únicamente con cifras financieras. Estos ataques afectan seriamente la reputación, la capacidad de innovar y la continuidad operacional de un negocio.

Un dato interesante a destacar, es que la cibercriminalidad generó un costo de más de US$6 billones a la economía global en 2021, aseguró recientemente Alessandro Profumo, director ejecutivo del gigante italiano de la aeronáutica y la defensa, Leonardo.

En este contexto, resulta de suma relevancia tomar los resguardos necesarios para evitar fraudes ya que, en los últimos dos años, han aumentado considerablemente las ciberestafas con métodos como el phishing, el malware o incluso el secuestro de datos para pedir rescates millonarios por ellos.

Tanto a nivel personal, como en las empresas, adaptarse a esta revolución tecnológica resulta fundamental para ser competitivos. Y en esta época de cambio constante, la prevención se sitúa como piedra fundamental para lograr esa evolución necesaria.

Los problemas de ciberseguridad se han visto exacerbados por la guerra en Ucrania. El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió el mes pasado que "la guerra en Ucrania ha generado serias preocupaciones para las operaciones de TI. Los ataques podrían tener como objetivo instituciones financieras y, si tienen éxito, podrían conducir a una pérdida de confianza en el sistema con un impacto negativo para la estabilidad financiera mundial".

Así las cosas, sabemos que es imposible frenar las amenazas, ya sean internas o externas. De hecho, según un informe de Boston Consulting Group (BCG), el 77% de los ciberataques se deben a fallos humanos, pero cabe la posibilidad de desplegar una mejor estrategia para que transformación tecnológica y ciberseguridad avancen en paralelo. Eso implica tener una percepción correcta de la dimensión del problema, que muchos aún consideran ajeno.

La seguridad digital se ha convertido en un elemento de competitividad, hasta el punto que está favoreciendo el nacimiento de negocios capaces de anticiparse, resistir, recuperarse y evolucionar en condiciones adversas. El mercado en este sentido es amplio, pero no debemos olvidar que la ciberdelincuencia va a seguir existiendo y seguirá creciendo. Esto tiene que preocuparnos, pero no tiene por qué asustarnos.

Un camino a seguir sería la formación, precaución y, por último, aplicación de herramientas como la Inteligencia Artificial Híbrida, que combina el conocimiento experto de profesionales con un enfoque basado en la investigación de operaciones y lógica difusa, potenciado con IA basada en datos con técnicas de aprendizaje automático, con la capacidad de identificar y responder de manera ágil y en tiempo real a las necesidades existentes.

Combatir el fraude no solo debe ser una prioridad estratégica, sino también un elemento principal en la transformación digital de una compañía.


Federico dos Reis, 

CEO de INFORM Latam

europapress