​El Sillón de Don Otto

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Gabriela Clivio

No hay país en el mundo que haya alcanzado el status de una economía desarrollada sin tener un libre mercado. Sin embargo, en varios mercados con el tiempo -debido a los tamaños y las barreras de entrada- existen niveles de concentración importantes. En Chile a modo de ejemplo, el 50% de las colocaciones está concentrado en los 3 mayores bancos.

Esto no quiere decir que el Estado deba asumir el rol del empresariado ni hacer un "crowding out" de la iniciativa privada, como algunos proponen. Si esto fuera así, caeríamos en la conocida anécdota de "El Sillón de Don Otto". En esta historia, Don Otto encuentra a su señora siendo infiel con otro hombre, en el sillón de su casa. Don Otto decide "solucionar el problema" vendiendo el sillón. Lamentablemente es demasiado popular la tentación de decir que el Estado debe asumir un mayor rol en la economía y remplazar a los privados.

Cada vez que en América Latina hemos decidido recurrir a la venta del sillón, nos ha ido bastante mal. No solamente en términos de desarrollo económico, que muchas veces parece un término algo etéreo y lejano, sino en relación a la pérdida de competitividad, altas inflaciones, bajísimos crecimientos y -lamentablemente- altos desempleo y más pobreza que en la situación inicial. En Argentina a modo de ejemplo, en 2019 la inversión extranjera directa se contrajo 49%; la pobreza alcanzó el 35,5%; la inflación superó el 53%; y el producto se contrajo un 3%. En paralelo, la alternativa de bajar impuestos para aumentar competitividad no bastaba y tampoco era practicable, dados los grandes niveles de desigualdad existentes.

El debate y su solución, entonces, no pasa por elegir entre más o menos Estado. Debemos avanzar hacia cuanto mercado sea posible y todo el Estado que sea necesario, para garantizar que funcione para sus ciudadanos. Eso implica mejorar la regulación de los mercados y esto lo hace posible una propuesta anti-concentración. ¿Hace sentido? ¿Algún país ha tenido buenos resultados en esta materia con la regulación? ¿O es acaso esta otra "buena" idea que solo el papel soporta, pero no así la realidad? ¿Puede hacerse esto? Claro que se puede.

¿Qué sabemos y cómo podemos solucionar este problema, sin re-inventar la rueda? Sabemos que la competencia en los mercados financieros impacta directamente en la competencia a nivel agregado en la economía y los riesgos sistémicos de un país. Sabemos que en Chile el nivel de desigualdad es demasiado importante y si queremos impulsar la oferta de crédito, financiamiento, del entorno asegurador, fintech, capitales de riesgo, y una nación de emprendedores, necesitamos avanzar hacia más mercado y un mejor Estado. Una mayor competencia a nivel agregado en la economía se traducirá en menores precios, mayor bancarización de las personas y mipymes.

Es clave para esto la estructura y el nivel de competencia de los mercados financieros. Si queremos menos concentración económica, la solución no es más Estado, sino hacer crecer a las pequeñas y medianas empresas e implementar una mejor regulación para los grandes actores con el objetivo de evitar excesiva concentración, los conflictos de interés y los eventuales abusos por parte de grupos empresariales.

Propuestas tenemos muchas, pero solo voy a mencionar algunas: una Ley de profundización y actualización del mercado de capitales, que incluya fomentos a las sociedades tipo SPAC; una Nueva Ley de Capital de Riesgo que tenga como objetivo mejorar los incentivos, sinergias y fomente la atracción de capitales y proyectos extranjeros; una mayor transparencia en el caso de las empresas de mayor tamaño; nuevos registros obligatorios en la Fiscalía Nacional Económica (FNE) y Comisión para el Mercado Financiero (CMF), entre muchas otras medidas que consideramos e impulsamos en nuestra propuesta de anti concentración económica. A la pregunta de si se puede volver a crecer impulsado el emprendimiento, haciéndose cargo de la desigualdad y promoviendo cambios de manera responsable, que resistan no solo el papel sino la prueba de la realidad, la respuesta es: "Claro que se puede". 


Gabriela Clivio, 

Coordinadora Económica Comando Sebastián Sichel

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