Oportunidades laborales pos pandemia

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Los países de América Latina experimentaron fuerte afectaciones en su mercado laboral, en lo que va de la pandemia de la COVIR-19, desde marzo de 2020 a septiembre de 2021, no se tiene un dato exacto hasta el momento, pero se estima según la Organización Internacional del Trabajo que hasta diciembre del 2020 habrían perdido su puesto de trabajo aproximadamente 34 millones de personas, con el proceso de recuperación aparente de la economía y la inserción laboral desde agosto de 2020 hasta la fecha el desempleo bordearía los 30 millones.

Si bien las afectaciones a los sectores laborales han sido graves, pero se sostiene que pudo ser peor, los gobernantes de la región tomaron acciones en el sector público para mitigar el impacto, como el trabajo en línea o teletrabajo que de alguna manera favoreció a buena parte de los empleados que lograron conservar su plaza de empleo, no corrieron con la misma suerte quienes trabajaban con relación de dependencia en el sector privado, muchos de ellos perdieron sus empleos ya sea por despidos, por quiebra o cierre de las empresas, otros se enfrentaron a la reducción de la jornada laboral y salarial.

De un muestreo a conveniencia en siete países de la región se evidenció que, en cuatro de las cinco economías más grandes motivo del estudio, las tasas de desempleos son bastantes significativas, es el caso de Brasil en donde según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), para junio de 2021 la tasa de desempleo alcanzó el 14,1%. En Argentina el nivel de desempleo también es bastante alto, para el primer trimestre de 2021 alcanzó el 10,2% según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC).

En Chile, es otra de las grandes economías de América Latina, registra una tasa de desempleo de 9,15% hasta junio de 2021, según Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Colombia registra una tasa de desempleo del 15,6% hasta mayo de 2021 según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE). Llama la atención que México, un país con una alta población apenas registra una tasa de desempleo en el primer trimestre de 2021 de apenas el 3,9%, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI).

Perú, por su parte registra una tasa de desempleo del 5,5% hasta junio de 2021, según el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI). Ecuador otro de los países conocido en el concierto Internacional como economías débiles, registra un nivel de desempleo equivalente del 5,1% según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, hasta julio de 2021.

Como se evidencia, los países que registran economías fuertes tienen tasas de desempleo en lo que va de la pandemia más altas que los países con economías débiles a excepción de México que también registra niveles de desempleo inferior incluso que Perú y Ecuador, lo que revela que la población económicamente activa de estos países no permanece mucho tiempo en el desempleo y de inmediato frente a las necesidades de sobrevivencias se insertan en el mercado informal y en la precariedad laboral.

De tal manera, no sería adecuado considerar que los países que evidencian en sus datos estadísticos bajos porcentajes de desempleo, su población tiene mejores niveles de vida, sino por el contrario, el bajo desempleo implica falta de políticas públicas que garanticen asistencia estatal hacia las personas desempleadas y la escasez de oportunidades laborales existentes, hacen imperativo que la gente trabaje en lo que sea, no importa la calificación de su mano de obra, dinero a recibir como remuneración y la actividad a desempeñar, aquí se vuelve importante, sólo ganar un poco de recursos económicos para garantizar la sobrevivencia propia y de la familia.

Es necesario considerar que cuando se habla de desempleo se está hablando de personas que a pesar de encontrarse en condiciones de trabajar no tienen trabajo, están buscando o acaban de perderlo, dentro de esta categoría también se encuentra el desempleo abierto conocido también como involuntario que significa que la cantidad de empleo existente en inferior a la requerida en un país. Así mismo se tiene al desempleo oculto, que son personas sin empleo, se cansaron de buscar, no están buscando ni realizan gestiones para conseguirlo.

Frente a este panorama los gobiernos de la región enfrentan un gran desafió, la de minimizar los efectos de la crisis sanitaria, atacando la informalidad y la precariedad laboral, que garantice la inserción en similares condiciones a quienes perdieron su puesto de trabajo, así como acceso a una protección social legítima, para ello es urgente desarrollar políticas que saquen de la informalidad a las masas trabajadoras y la conduzcan hacia la formalidad, que implica un acelerado proceso de recuperación de los empleos formales y concomitantemente la creación de nuevas oportunidades laborales.

Oportunidades laborales que diseñen los gobiernos de América Latina, para salir de la incertidumbre pos pandemia, deben ser entendidas en su real dimensión, no se debe de perder de vista el principio de justicia dentro de la convivencia social, no se puede ni se debe pensar que, a pretexto de la flexibilización laboral, estimular el aparato productivo, de reactivar la producción, de crear fuentes de empleo, se intente reducir los costos laborales por el lado más débil que implicaría reducir sueldos y salarios, incentivar el trabajo por hora, sacrificar todos los derechos laborales adquiridos a propósito de la crisis imperante.


Prof. Félix S. Pilay Toala

Doctor. Economista, Magister en Administración Pública.

Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo

ptfs@pucesd.edu.ec

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