Efectos del 10%

|

Javier Fuenzalida A3SEMANA.web (4)

Aun no hay datos precisos sobre el impacto económico del primer retiro del 10 % de los fondos de pensiones ni menos aun sobre el segundo cuya ley debe publicarse en los próximos días.


Por el momento, las cifras del Banco Central confirman que la venta de activos de los fondos, del orden de US $ 17.000 millones (7,8 % del total de los fondos) se materializó mediante la venta de instrumentos financieros estatales a ese banco. De esta forma, se evitó la desestabilización de los mercados, el impacto sobre la tasa de interés, sobre el tipo de cambios, inflación y tampoco sobre la ocupación y la actividad económica. La compra del Banco Central se supone que obligará a futuro una retrocompra por parte de los dueños de las cuentas individuales (aun nada se ha propuesto al respecto).


Esta primera transacción ha sido un mero cambio en el dominio de activos. Hasta junio pasado, el stock de dinero emitido era de $ 15.061 mil millones, total que aumentó en un 59 % hacia fines de octubre. Algo inusual pero que no produjo cambios significativos en las citadas variables macroeconómicas.


¿Qué efectos pudo generar el aumento en los medios de pagos? Una expansión de tal magnitud de la oferta de en un corto período se materializó principalmente mediante creación de billetes y monedas (dinero circulante). Los retiros se reflejaron en un aumento del 11 % en los depósitos bancarios y 34 % en la tenencia de billetes y monedas en circulación.


¿Qué hicieron las personas con el circulante? No hay información fidedigna, se dice que muchos ocuparon el retiro en pagar deudas o en invertirlos en otros instrumentos financieros de libre disposición. Si así fuera, en gran medida el efecto en la actividad económica debe haber sido prácticamente nulo ya que esas transacciones consistieron en un mero cambio de dominio (los acreedores recibieron el pago por sus acreencias y también aumentaron las inversiones de depósitos a plazos, fondos mutuos y de inversiones. Un simple cambio en la forma de conservar un mismo stock existente de patrimonio. El mayor gasto en consumo corriente fue de menor amplitud por parte de quienes utilizaron el retiro para suplir la falta de ingresos forzada por la desocupación pandémica.


¿Sucederá lo mismo con el segundo retiro que está por venir? Es probable que el Banco Central repita el mecanismo para no afectar el equilibrio macroeconómico.


Por otra parte, se avecina la pascua y la gente querrá darse un respiro y gastar en consumo, ahora que sus deudas han disminuido en cuyo caso ese mayor gasto navideño tendrá algún efecto sobre la actividad económica. No sabemos de que magnitud puede ser, dado que simultáneamente se encuentran activados diversos programas de recuperación de la economía (subsidios, bonos, fogapes, etc.)


Estas son las razones por las que el debate sobre la inteligencia o desinteligencia de los retiros se ha concentrado en el impacto a largo plazo, si es que nada se hace para lograr recapitalizar las cuentas individuales. ¿Es posible?


Perfectamente. Las encuestas siguen revelando que del orden del 70 % de los cotizantes valoran sus ahorros en las AFP y sostienen que los seis puntos de aumento en sus cotizaciones deben ir totalmente a sus cuentas individuales. Son sus dueños y el retiro demostró que así es y, de paso, borró el “No+AFP” porque, no hubo ni robo ni abuso en la gestión de las cuentas. De Mesina nunca más se supo.


¿Tendrán coraje el gobierno y el parlamento en respetar las preferencias de los 11 millones de afiliados del sistema y además extender la vida laboral de 30 a 40 años? Si así se espera que ocurra respetando a la población e independiente de la calle que no representa a nadie, el aumento de los seis puntos más una extensión de la edad para pensionarse en cinco años, permitirá que cuando se pensionen quienes hoy forman parte de la fuerza laboral, gocen de una pensión razonable.


Existe además la oportunidad de mejorar más aun el sistema previsional, aparte de aumentar el valor de las pensiones asistenciales y mínimas con recursos fiscales que hoy se dilapidan en burocracia e ineficiencia. Como ya lo expuse en una columna anterior (N° 910) el estado chileno adeuda por apropiación indebida a los 11 millones de afiliados el famoso crédito tributario de primera categoría que hoy su valor capitalizado alcanza aes de US $14.611 mil millones. Tal como se creó el bono de reconocimiento cuando se dictó el DL 3.500, hoy se puede repetir la figura de modo que la devolución de la suma señalada se podrá materializar al momento en que las personas se pensionen y a los actuales pensionados con abonos mensuales junto con la pensión que normalmente perciben.


Es de esperar que la política se dedique a resolver problemas como estos en lugar de publicitar indecentes peleas, insultos y descalificaciones mutuas y, sin mayor pudor, cobrar mensualmente millones por no hacer nada útil. 



Javier Fuenzalida Asmussen


europapress