No es fácil decidir

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Mario astorga (columnista)Nadie esperaba hace tres meses atrás que tendríamos un plebiscito sobre la Constitución en el mes de abril. Por ende, las reacciones a favor y en contra surgieron primero espontáneamente, luego más sesudamente, pero aun somos muchos para quienes no es obvia la decisión correcta.

Aunque las encuestas parecen mostrar una clara preferencia por el APRUEBO, los partidarios del RECHAZO no son pocos y dividen buena parte de las tiendas partidistas, incluso al Gobierno. Entre varios de los principales partidos hay personas a favor del APRUEBO y del RECHAZO: en la UDI, RN, EVOPOLI, FA, PC; por ende, es absurdo caricaturizar una y otra posición. En una columna es imposible resumir los argumentos a favor y en contra de ambas opciones, pero haré un intento.

Principales motivaciones de la opción RECHAZO:

1. El clima de incertidumbre que le genera a los inversionistas un proceso constituyente de dos años y el impacto negativo de ello en el crecimiento.

2. Que la actual Constitución está bien, se le han podido hacer modificaciones, no se necesita partir de una hoja en blanco y los cambios que se le deberían hacer no son tantos. Por ende no tiene sentido generar una zozobra que durará dos años.

3. El temor a que se apruebe una Constitución chavista

4. Reducir el triunfo de la opción APRUEBO, para evitar -frenar triunfalismos y reformas mayores

5. Fue la violencia la que provocó el Acuerdo por la Paz y el Proceso Constituyente, eso haría ilegitima la Constitución resultante

6. El proceso por una Nueva Constitución no encauzó la crisis ni permitió restablecer el orden público, que era uno de los objetivos cuando se firmó el Acuerdo por la Paz.

7. De todas las minorías que han estado excluidas de las Carta Magnas anteriores (sexuales, discapacitados, PyMEs, género y pueblos originarios, solo se están incluyendo, estas dos últimas minorías, lo que es visto como política con calculadora dado el control electoral que ciertos sectores tienen sobre las organizaciones que representan a esas minorías.

Principales motivaciones de la opción APRUEBO

1. La Constitución establece que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos; sin embargo, no consagra derechos, sino libertades. El que dispone de recursos tiene libertad, para elegir (salud, educación), para quienes no los tienen ese principio se convierte en letra muerta.

2. La Constitución actual, a diferencia de la mayor parte de los países desarrollados, no garantiza el derecho a la educación; privilegia la libertad de los padres para elegir entre quienes proveen esos “servicios”, elección que es solo válida para aquellos que pueden pagarlos. El Estado se queda en un segundo plano con un rol subsidiario, y actúa solo cuando los privados no pueden o no quieren proveer el servicio. Los privados llevan 3 décadas sin proveer educación de calidad a los más pobres y la Constitución no obliga al Estado a cumplir ese rol.

3. Nuestra Constitución tiene mucho de “poesía”. Está llena de “frases para el bronce” pero no compromete al Estado ni a los Tribunales a cumplirlas, por ejemplo:

a. el Derecho a la vida de la Constitución se contradice con: a) las largas listas de espera de los hospitales (pueden durar años y la gente se muere esperando atención), b) el acceso a los remedios (las farmacias pudieron matar a través de hacer inaccesible los remedios a los más pobres vía colusión y siguen allí casi sin sanción.), c) el acceso al agua (en manos de privados, quienes prefieren su actividad económica a la vida de pequeños agricultores y de pueblos y culturas ancestrales)

b. Acceso a la buena y oportuna información por parte de los ciudadanos. No consagra castigos a quienes toman decisiones que vulneran los derechos, por ejemplo, a los ejecutivos de las AFP que tomaron malas decisiones de inversión en empresas que perdieron plata. Los trabajadores perdieron sus ahorros previsionales por esas decisiones, pero los dueños de las acciones siguen siendo titulares de sus derechos, los ejecutivos ganan su sueldo y las AFP tienen utilidades. Las universidades que deben cerrar por mala gestión o que ofrecen carreras inadecuadas, sin sanciones efectivas a sus propietarios.

c. La actual Constitución establece una democracia representativa, exageradamente representativa. La única manera de participar democráticamente es votando cada cuatro u ocho años. Es necesaria una nueva Constitución que fuerce a las autoridades a mantenerse en contacto con sus electores y mejore la participación ciudadana, sobre todo a nivel comunal.

d. La Constitución vigente fue redactada en medio de la violencia de una dictadura, en el marco de un proyecto refundacional que tuvo un claro tinte político, como declaró su artífice. Fue aprobada en un plebiscito sin registros electorales, por ende es ilegítima en su origen, en sus fundamentos y en su proceso. Una Constitución democrática tiene que establecer una cancha pareja entre las distintas opciones, no puede garantizar el veto permanente de un sector (a través de las Supramayorías).

e. No es solo la Constitución lo que está en juego sino algunas de la Leyes Orgánicas Constitucionales que también gozan del Veto de las Supramayorías, entre ellas: Tribunal Constitucional, Concesiones Mineras, Sistema electoral (Tribunal Calificador de Elecciones, Inscripciones Electorales y Servicio Electoral), Ley General de Educación, que impidió darle respuestas adecuadas a las demandas por mejor calidad de educación a los pingüinos hace 14 años atrás.

Se equivocan los que creen que los argumentos a favor del APRUEBO o del RECHAZO son baladíes. Entiendo que la gran mayoría de los chilenos, especialmente los que tienen acceso a Diario Estrategia, quieren lo mejor para Chile. Los argumentos a favor del APRUEBO y del RECHAZO son sólidos. Al parecer la decisión de cada uno no brotará solamente de la razón, sino del corazón. ¿Será el momento, como dijo Cecilia Morel, de despojarnos de algunos privilegios y compartir? ¿O es el momento de defender el orden establecidos tal como está?


Mario Astorga De Valenzuela

europapress