Ignacio Pérez Tuesta, Director Escuela de Periodismo de Universidad de Las Américas

El gran triunfo de Christiane Endler

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Cartas al director OK


Sr. Director,


Hace unos días se desarrolló la ceremonia de los premios The Best, donde se reconocen a las máximas figuras del fútbol mundial, evento que para Chile tuvo especial atención ya que la arquera y capitana de la Selección Chilena Femenina de fútbol, Christiane Endler, estaba nominada en la terna para elegir a la mejor portera del orbe.

Como se sabe, la chilena quedó en segundo lugar tras la holandesa Sari van Veenendaal, quien se llevó el trofeo, merced no solo a sus extraordinarias cualidades técnicas sino además a lo logrado con su selección en el Mundial disputado en Francia, donde llegó a la final y fue elegida la mejor portera del certamen.

Sería muy simplista quedarnos con el resultado de este premio que entrega la FIFA, lamentarnos que la capitana de la Selección Chilena Femenina no pudo quedarse con el honor de ser la mejor del mundo y con la sensación amarga que se lo merecía por todo lo que ha hecho en la Roja y en el París Saint Germain, sobre todo para muchos quienes creen que el éxito se reduce solo a ganar.

Por eso siempre es bueno poner las cosas en perspectiva y es importante mirar alrededor, hacia atrás y ver cómo ha sido el recorrido de las chilenas en el fútbol. El primer intento por tener una “Roja Femenina” fue en la Copa América de 1991, cuando entonces era una rareza ver a mujeres en este mundo dominado absoluta y totalmente por los hombres. De hecho, cuenta la historia que esa selección viajó con los uniformes que eran de las selecciones masculinas juveniles y en la prensa apenas se tocó la travesía y, quienes lo hicieron, fue en tono de broma o pasó por una nota curiosa.

Eso ocurrió hace 28 años. El mismo frío invierno de 1991 en que Christiane Endler llegaba al mundo, en Santiago de Chile.

Tras hacer varios deportes de niña, el fútbol comenzó a ocupar un lugar importante en su vida, aunque de delantera. Con el tiempo, su altura y condiciones naturales la hicieron retroceder en la cancha hasta ponerse los guantes y comenzar una carrera que no para de crecer y que la ha llevado a ganar la Copa Libertadores de América Femenina con Colo-Colo en 2012, clasificar con Chile por primera vez a un Mundial, jugar en Inglaterra, España y Francia y estar en la elite mundial, pese a provenir de un país donde aún el fútbol femenino está muy lejos de tener las condiciones para competir de igual a igual con otras naciones.

Christiane Endler hoy es la suma de todo eso, pero mucho más. Ha liderado una generación de chilenas que tomó las banderas del fútbol femenino con profesionalismo, actitud y calidad y contra la opinión de muchos, para tener hoy a esta disciplina en un sitial expectante que genera no solo entusiasmo pensando en el futuro, sino que, además, un presente alentador. Ella lo dice a cada rato en sus entrevistas, pero además lo ha puesto en práctica, ya que ha fundado escuelas de fútbol para comenzar a formar a futuras jugadoras.

Hoy es normal ver niñas jugando fútbol en los colegios, hay ligas de balompié femenino para adultas, en muchos clubes hay espacio para la formación de las jóvenes jugadoras, en las tiendas se venden camisetas hechas para mujeres, los partidos de la Roja femenina tienen buena audiencia en televisión y varias de sus jugadoras son parte de campañas publicitarias, entre otras cosas que hoy soy normales y que hace menos de 5 años eran un imposible.

¿Importa que no haya ganado el The Best a la mejor arquera del mundo? Sin duda que siempre es mejor quedarse con un trofeo, pero para el desarrollo del fútbol femenino en Chile, Christiane Endler será recordada como la que llevó la bandera del fútbol femenino para instalarla en la más absoluta de las normalidades y comenzar un cambio cultural profundo, mucho más rápido de lo que jamás pudimos imaginar.

Esto sí, es un triunfo de verdad.


Ignacio Pérez Tuesta

Director Escuela de Periodismo de Universidad de Las Américas

europapress