La emergencia invisible

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Mientras en Estados Unidos los laboratorios de IA compiten por ser los primeros en inventar un modelo gigante capaz de realizar todas las tareas cognitivas mejor que la mayoría de los humanos, un objetivo conocido como "inteligencia artificial general" (IAG), centrando sus políticas en impulsar la innovación rápida, China está adoptando un enfoque diferente. Durante el próximo año, su prioridad será la rápida adopción de los modelos de IA existentes, tanto por parte de los consumidores como de la industria.


Las ambiciones de China en materia de IA se formalizarán en el próximo plan quinquenal, el documento estratégico más importante del estado, cuya publicación está prevista para marzo de 2026. Las autoridades prevén un despliegue de la IA en tres etapas durante la próxima década. En primer lugar, aspiran a que la IA se utilice ampliamente en seis áreas para 2027: investigación, procesos industriales, productos de consumo, sanidad y educación, gobierno digital y exportaciones de tecnología. En segundo lugar, para 2030, esperan que la IA esté tan extendida como la electricidad o internet, y sea un importante motor del crecimiento económico. Por último, China se convertirá en una «sociedad inteligente» para 2035, momento en el que se espera que la IA haya transformado la cultura y la interacción humana, al igual que lo hizo internet.


Esta estrategia aprovecha las fortalezas de China. Cuenta con una gran economía digital que permite escalar aplicaciones de IA, y una población con amplios conocimientos tecnológicos. Según la encuestadora Ipsos, los chinos afirman estar más entusiasmados con el uso de la IA que en cualquier otro país. Con la aprobación del gobierno, los laboratorios de IA ofrecen sus modelos gratuitamente, lo que impulsa su adopción (a diferencia de las ofertas occidentales de pago) y facilita la personalización de los modelos para realizar tareas específicas. Las prohibiciones estadounidenses a la exportación de chips avanzados de IA han obligado a los laboratorios chinos a priorizar modelos más pequeños y eficientes, lo que los hace menos intensivos en energía y más económicos de operar. Ambas superpotencias temen quedarse atrás. En 2026, podría parecer que compiten en carreras diferentes.


No me gusta el sistema político chino. Tampoco soy muy entusiasta de su sistema económico de libre mercado “en la medida de que lo permita el PC chino”. Pero creo que la política económica en materia de IA es un acierto. Crear primero la demanda en áreas en las que la creación de valor es evidente, para de esa forma generar la oferta de la propia industria china.


Considerando la realidad de la adopción de tecnologías digitales en Chile, creo que la estrategia china es más aplicable a nuestra economía que la norteamericana. La adopción masiva de IA en los procesos del Estado, por ejemplo, permitirían considerables ahorros fiscales, a la vez que una reducción clara del tiempo que requieren los procesos. Desde la Secretaría de Gobierno Digital, radicada en el Ministerio de Hacienda, se tiene una plataforma coordinadora con todos los organismos del Estado. El PMG de TI sería el catalizador para que cada año se generara al menos un proyecto en la dirección correcta, con lo cual al cabo de 4 años habría miles de procesos más rápidos y económicos que mejorarían la productividad del Estado. Esto a su vez generaría un efecto imitación en el sector privado, con lo cual la IA pasaría a ser lo que está siendo a nivel mundial: una herramienta para mejorar la productividad.


El presidente electo nos ha llamado a un gobierno de emergencia. Ha delimitado cuales son estas. Creo que son las más aparentes, porque están allí, enquistadas en la realidad cotidiana. Pero hay una urgencia más, que yo llamo “la urgencia invisible”, que no es otra que la adopción de IA en el tejido social y económico de Chile. Podemos dejarla para más adelante, pero los demás países – como el caso chino – no lo harán. Y nuestra falta de acción nos saldrá muy cara.


Alfredo Barriga

Profesor UDP

Autor de “Presente Acelerado – La Sociedad de la Inteligencia Artificial y el Urgente Rediseño de lo Humano”. Autografiado y con dedicatoria por $15.000 + gastos de envío.

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