Jonás Gómez Gallo

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Luis Riveros (columnista)



Se fue en la fría mañana de un inicio de invierno. Se apagó su voz combativa, quedó muda su inteligencia y se vaciaron los espacios ocupados por su recia personalidad. Hijo de español inmigrante y hombre nacido y criado en el norte grande, Jonás Gómez Gallo fue hijo distinguido de la clase media nortina: estudio en el Liceo de Antofagasta y no siguió estudiando puesto que hubo de colaborar en los emprendimientos de su padre. Así aprendió del trabajo en la vida práctica, así aprendió de minería en el contacto permanente con Antofagasta y su rico entorno humano; así aprendió desde los 17 años a hacer negocios, con el ejemplo de su padre y el esfuerzo por concretar y sacar adelante las inversiones familiares. Férreo defensor del más puro regionalismo afirmaba que “La Región está por encima de los gobiernos”, así propiciando una verdadera autonomía regional. Llegó a afirmar que el radicalismo, su cuna política, siempre debió privilegiar la lucha contra el centralismo. Fue un crítico acérrimo de la no aplicación de la Ley 11.828 que permitía un financiamiento adecuado para el desarrollo de las regiones sobre la base de los rendimientos del cobre, cosa que hizo presente a lo largo de su dilatado accionar político como Parlamentario y dirigente empresarial. Destacado empresario, se desempeñó en el sector minero, el comercio y la banca, y nunca perdió el sentido de la solidaridad. Fue un radical convincente y convencido. Ayudó en mucho a que su partido fuese aceptado por la Internacional de Partidos Social Demócratas en la década del sesenta, pero se retiró cuando discrepó profundamente de la adhesión que el radicalismo había comprometido a la alianza de partidos de izquierda en 1970. Continuó en el Partido de Izquierda Radical, desde donde siguió fomentando el cariño por el viejo tronco que había abrazado desde muy joven. Se destacó siempre por su abierta consecuencia entre el decir y el actuar, y fue ácidamente crítico de una forma de hacer política que evita la expresión libre y firme de las ideas, privilegiando más bien los puros resultados electorales. Jonás Gómez nos deja el ejemplo digno y fuerte de quien supo vivir en forma consecuente la entrega y el amor por el prójimo, legando a su familia y amigos un recuerdo que lo hará perdurar por siempre, más allá del tiempo.


Prof. Luis A. Riveros

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