Incendio al norte de California es el más mortal de la historia del Estado

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Incendio

El incendio que arrasó el viernes y el sábado la localidad de Paradise, al norte de California, es el más mortal de la historia del Estado desde que hay registros. En la búsqueda entre los escombros de la ciudad calcinada, fueron hallados entre el domingo y ayer 19 cadáveres, lo que eleva la cifra provisional a 42. El incendio más mortal del que había registros se produjo en 1933. La búsqueda no ha terminado. Cinco días después de comenzar el incendio, todavía hay 200 personas que están siendo buscadas por sus familiares y constan como desaparecidas, consigna una publicación de medio español, El País.

El fuego ha arrasado ya 45.000 hectáreas y ha destruido 6.700 construcciones, la gran mayoría viviendas. La ciudad de Paradise (26.000 habitantes) ha quedado arrasada. Decenas de miles de personas permanecen bajo orden de evacuación obligatoria. El Camp Fire es, además de los muertos, el incendio que ha provocado más destrucción material de la historia de California.

Los primeros cadáveres identificados tenían entre 48 y 77 años, según información del sheriff. El patrón que se puede intuir en la tragedia de Paradise se parece al de la tragedia de Santa Rosa, el año pasado, cuando 22 personas murieron en otro incendio de características similares en una zona urbanizada en medio de la naturaleza. En aquella ocasión, la mayoría de las víctimas fueron personas mayores que no pudieron escapar a tiempo.

Anoche, consignó el citado medio hispano, las últimas cifras de los bomberos indicaban que estaba controlado en un 30% después de cuatro días ardiendo. Las labores se realizaban en medio de un pesimismo general porque el principal factor causante de estos incendios, los vientos fuertes y secos del desierto, se reavivaron el domingo y pueden durar hasta el martes. Estos vientos son un fenómeno natural habitual en octubre y noviembre en California. Se llaman vientos de Santa Ana en el sur y vientos del diablo en el norte. Secan todo a su paso y hacen que las pavesas vuelen kilómetros y expandan el fuego a toda velocidad. De los muertos en Paradise, cinco fueron hallados carbonizados en sus coches.

El llamado Woolsey Fire consume las montañas de Santa Mónica y ha obligado a evacuar por completo algunos de los pueblos más privilegiados de Estados Unidos, como Malibú y Calabasas.

Los vientos dieron un respiro el sábado, que permitió a los equipos de emergencia rociar con retardante zonas clave del perímetro del incendio en previsión de que las condiciones fueran a empeorar en cuestión de horas. Así fue. El viento volvió a soplar desde el domingo. El fuego había consumido hasta el lunes 36.000 hectáreas de montañas y cañones llenos de mansiones y ranchos.

Al menos 370 casas han sido destruidas. Es una estimación preliminar, porque los bomberos no han podido aún acceder a algunas zonas. El fuego solo está controlado en un 30% y los fuertes vientos hacen que la prioridad absoluta sea contener su expansión y salvar vidas. Solo a última hora del lunes empezaron a levantarse las restricciones en algunas localidades para que la gente pudiera volver a sus casas, pero no en el centro de las montañas.

europapress