Favorecidos principalmente por los retornos generados por las inversiones en instrumentos financieros extranjeros, los fondos de pensiones A y B cerraron con rentabilidades reales de 12,98% y 7,28%, respectivamente. Por el contrario, mientras el Fondo C el año pasado cayó un 2,35% real, los fondos D y E terminaron con pérdidas históricas de 10,16% y 13,11%, respectivamente.