Comparado a la segunda etapa, deberán reducir, entre otras cosas, un tercio más el azúcar y un quinto más las grasas y el sodio.
El pedido contemplado en la resolución busca que se mida la relación con el consumo de los alimentos por la población, así como los cambios de hábitos que ha generado y si se han cumplido los objetivos para el cual fue creada dicha ley.