La urgencia de la crisis climática actual ha impulsado una carrera desenfrenada hacia la adopción de energías renovables y la electrificación de sectores productivos clave. En esta transformación energética, el cobalto, denominado a nivel mundial como “oro azul”, emerge como un recurso imprescindible.
En respuesta a la urgencia de descarbonizar frente a la crisis climática, Chile ha experimentado un notable avance en la explotación de fuentes renovables de energía, especialmente la solar. Durante la última década, la implementación de sistemas fotovoltaicos ha florecido en el norte del país, donde los índices de radiación solar son los más altos del planeta. Este impulso se extiende ahora al centro-sur, específicamente en las regiones de O'Higgins, Maule y Ñuble, que presentan un potencial solar comparable al de países europeos con tecnologías avanzadas.
Tuvimos recientemente una interesante reunión con representantes de empresas de ingeniería, en el contexto de un proyecto que busca, entre otros objetivos, actualizar las mallas curriculares y su armonización con las necesidades del entorno.
Según los últimos informes, para sorpresa de muchos, Argentina, China y Zimbawe encabezan la cartera de proyectos de litio al 2026. Chile, históricamente un jugador clave en el mercado de este mineral, no figura en el listado. ¿A qué se debe este cambio?