MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) - Las autoridades de Estados Unidos han presentado cargos por terrorismo contra dos personas sospechosas de estar implicadas en el ataque ejecutado el 4 de julio contra un centro de detención del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en Texas, en la primera imputación de este tipo contra presuntos integrantes del movimiento Antifa, declarado por Washington como una organización terrorista.
"Por primera vez: el FBI arrestó a extremistas anarquistas violentos alineados con Antifa y se presentaron cargos en su contra por el ataque a ICE en Prairieland, Texas", ha dicho el jefe del FBI, Kash Patel, en un mensaje publicado en su cuenta en la red social X, donde ha agregado que hasta ahora han sido detenidas más de 20 personas. "Nadie puede dañar a las fuerzas de seguridad. No bajo mi mando", ha zanjado.
En esta línea, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, ha reseñado en su cuenta en X que "como ha dejado claro el presidente (Donald Trump), Antifa es una organización terrorista izquierdista". "Serán procesados como tal", ha manifestado, después de que se confirmara la imputación de estas dos personas, identificadas como Zachary Evetts y Cameron Arnold.
Evetts y Arnold son sospechosos de ser parte de "una célula de Antifa" de al menos "once operativos" que estuvo detrás del ataque contra el citado centro de detención de Prairieland en Alvarado. "El Departamento de Seguridad Nacional usaba Prairieland para alojar a extranjeros ilegales a la espera de deportación", recoge el documento de imputación, publicado por la cadena de televisión estadounidense Fox News.
Así, sostiene que los sospechosos lanzaron fuegos artificiales y realizaron pintadas en la zona, lo que provocó que varios agentes se acercaran al lugar, tras lo que uno de ellos recibió un disparo en el cuello, resultando heridos. Asimismo, se realizaron disparos contra otros agentes, si bien no fueron alcanzados.
Las autoridades han afirmado que las armas usadas en el incidente fueron compradas por un antiguo marine identificado como Benjamin Hanil Song, imputado por intento de asesinato de un agente federal, mientras que otras catorce personas hacen frente a cargos en relación con el caso, incluidos algunos por intentar ocultar a Song tras el suceso.
Los cargos por terrorismo contra Evetts y Arnold llegan después de que Trump designara en septiembre a Antifa como una organización terrorista, a pesar de que el movimiento antifascista estadounidense no tenga estructuras sólidas, líderes o listas de miembros, por lo que hay dudas sobre las vastas implicaciones de la decisión por parte de la Casa Blanca.
"Antifa es una organización militarista y anarquista que exige explícitamente el derrocamiento del Gobierno de Estados Unidos, las autoridades policiales y nuestro sistema legal", reza la orden firmada por Trump. Washington afirma que este movimiento "recluta, entrena y radicaliza a jóvenes estadounidenses para que participen en esta violencia y la represión de la actividad política".