Instagram ha anunciado la expansión global de su mapa, una herramienta para descubrir nuevo contenido a nivel local y fomentar la interacción con amigos que se ha reforzado con controles de privacidad y seguridad para que los usuarios puedan gestionar lo que comparten y con quién.
El mapa de Instagram es una nueva herramienta de la red social para descubrir contenido a partir de la localización más reciente de los amigos, que este miércoles inicia su expansión global tras su lanzamiento en Estados Unidos este verano.
Se trata de un espacio en el que se pueden ver 'reels', historias y publicaciones que se han etiquetado con la ubicación y compartido en las últimas 24 horas, para descubrir lo que está pasando en cualquier momento. E incluso para fomentar encuentros entre amigos en la vida real, como ha explicado el jefe de diseño de Instagram, Brett Westerveld.
La expansión del mapa, además, introduce cambios respecto de la primera versión de Estados Unidos, donde su lanzamiento estuvo rodeado de dudas sobre la privacidad, con los que la compañía ha buscado dejar claro su funcionamiento y ofrecer controles sobre lo que se comparte y quién lo puede ver.
El principal motivo de preocupación radicaba en la posibilidad de que el mapa estuviera compartiendo la ubicación de los usuarios. La ubicación está desactivada por defecto, ha marcado Westerveld, y no se comparte salvo que los usuarios decidan activarla.
Lo que sí se ve en el mapa son los contenidos recientes compartidos con una etiqueta de ubicación, en el lugar donde están etiquetados. Aun así, es posible activar la compartición de la ubicación y determinar que esta solo sea visible para una lista de amigos concretos, los amigos cercanos en Instagram o los seguidores a los que también se sigue. Es una configuración que se desactivar en cualquier momento.
Asimismo, se ha introducido un indicador en la parte superior centrada del mapa, que avisa al usuario si está compartiendo la ubicación o si la tiene desactivada, y se han retirado las fotografías de perfil de los contenidos etiquetados, para dejar aún más claro que una etiqueta de ubicación no es lo mismo que compartir la ubicación.
Junto a estos cambios, la compañía ha añadido un recordatorio que se muestra en el momento en que se va a añadir una etiqueta de localización a un 'reel', historia o publicación, para que, de nuevo, quede claro que ese contenido aparecerá en el mapa. A ello se suma una vista previa del contenido etiquetado, que permite comprobar cómo se verá en el mapa antes de publicarlo.
Y para reforzar la seguridad, el mapa permite establecer lugares ocultos, es decir, lugares que no se muestran aun si los usuarios tienen activada la compartición de ubicación. Una función destinada principalmente a los lugares que más se frecuentan, como su hogar, donde trabajan o el gimnasio al que acuden. A ello se une la posibilidad de ocultar la ubicación a determinadas personas.
Por otra parte, el mapa es una herramienta social, y por ello, también es posible reaccionar con un me gusta o un mensaje a un contenido publicado en él.
CUENTAS DE ADOLESCENTES
Instagram también ha tenido en cuenta a los adolescentes con su mapa, para mantener la supervisión parental sobre el uso que hacen de esta herramienta. Al no ser una experiencia diseñada para menores, los padres recibirán una notificación cuando sus hijos usen el mapa y en caso de que activen la compartición de ubicación.
Aunque la compañía espera que con estas notificaciones se fomente el diálogo entre padres e hijos, también han dado más control a los adultos, al permitirles desactivar la compartición de ubicación de manera unilateral, como ha comentado la directora de Política Pública Global, Tara Hopkins.