Las ideas de geoingeniería polar podrían hacer más daño que bien

|

Glaciar Sheldon en la Antártida


Es muy poco probable que las ideas de geoingeniería beneficien a las regiones polares y podrían perjudicar los ecosistemas, las comunidades, las relaciones internacionales y la posibilidad de alcanzar el cero neto para 2050.



Así lo afirma una nueva evaluación, publicada este 9 de septiembre en la revista Frontiers in Science, que analizó cinco de las propuestas de geoingeniería más desarrolladas que se están considerando actualmente para su aplicación en la Antártida y el Ártico.



Las regiones polares albergan comunidades y ecosistemas frágiles, así como alrededor del 90 % del hielo mundial. Se han propuesto enfoques tecnológicos de geoingeniería para abordar los impactos del cambio climático en estas regiones.



Sin embargo, la nueva revisión concluye que es probable que las cinco propuestas de geoingeniería polar cuesten miles de millones de dólares en su instalación y mantenimiento, a la vez que reducen la presión sobre los responsables políticos y las industrias con uso intensivo de carbono para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. También se concluyó que es probable que las propuestas presenten desafíos ecológicos, ambientales, legales y políticos adicionales.



"Estas ideas suelen tener buenas intenciones, pero son erróneas. Como comunidad, los científicos e ingenieros del clima estamos haciendo todo lo posible para reducir los daños de la crisis climática; sin embargo, implementar cualquiera de estos cinco proyectos polares probablemente perjudicará a las regiones polares y al planeta", declaró en un comunicado el autor principal, el profesor Martin Siegert, de la Universidad de Exeter.



"Si, en cambio, combinamos nuestros limitados recursos para abordar la causa en lugar de los síntomas, tenemos una buena oportunidad de alcanzar el cero neto y restaurar la salud de nuestro clima", afirmó la coautora, la Dra. Heidi Sevestre, de la Secretaría del Programa de Monitoreo y Evaluación del Ártico.



CINCO PROPUESTAS


Para llevar a cabo la nueva evaluación, los investigadores, incluyendo un equipo del British Antarctic Survey, analizaron cinco propuestas de geoingeniería que han recibido la mayor atención hasta la fecha:



- Inyecciones de aerosoles estratosféricos (SAI): liberación a la atmósfera de partículas que reflejan la luz solar, como aerosoles de sulfato, para reducir el efecto de calentamiento solar.



- Cortinas/muros marinos: estructuras flexibles y flotantes ancladas al lecho marino para evitar que el agua caliente llegue a las plataformas de hielo y las derrita.



- Gestión del hielo marino: bombeo de agua de mar sobre el hielo marino para espesarlo artificialmente o dispersión de microesferas de vidrio sobre el hielo marino para aumentar su reflectividad.



- Extracción de agua basal: bombeo de agua subglacial desde debajo de los glaciares para ralentizar el flujo de las capas de hielo y reducir la pérdida de hielo.



- Fertilización oceánica: adición de nutrientes como el hierro a los océanos polares para estimular la proliferación de fitoplancton, criaturas microscópicas que atraen carbono a las profundidades oceánicas al morir.



Evaluaron cada propuesta en función de su método de implementación, efectividad, viabilidad, posibles consecuencias negativas, costo y marcos de gobernanza existentes que permitirían una implementación oportuna a gran escala. También evaluaron el atractivo potencial de cada propuesta para quienes se dedican a evitar la reducción de emisiones.





europapress