Un gen llamado 'npmA2', con capacidad para dotar a bacterias peligrosas de una resistencia total a antibióticos que son vitales cuando no hay alternativa, se está propagando por todo el mundo, según ha alertado un equipo internacional de cientÃficos liderado por la Universidad Complutense de Madrid.
"El npmA2 es como un fantasma: casi nadie sabÃa de su existencia y, sin hacer ruido, ha empezado a aparecer en distintas partes del mundo y en bacterias que ya son difÃciles de controlar", ha explicado el doctor Bruno González-Zorn, catedrático del departamento de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid y director del estudio.
Según los resultados, publicados este miércoles en 'Nature Communications', este gen casi desconocido se está expandiendo por hospitales y granjas, generando "superbacterias" imposibles de tratar. En concreto, los investigadores lo han detectado en cepas de seis paÃses y en muestras humanas, animales y ambientales, lo que confirma su propagación mundial.
Para el trabajo, los expertos han analizado casi dos millones de muestras bacterianas, con lo que han confirmado que este gen actúa como un "pasaporte genético" que viaja en un fragmento móvil, que ejerce de caballo de Troya, y se incrusta en distintas bacterias que de por sà ya conllevan un riesgo.
Como ejemplos, los profesionales han detectado el gen en la bacteria 'Clostridioides difficile', causante de graves infecciones intestinales, o en 'Enterococcus faecium', responsable de contagios hospitalarios con una tasa de mortalidad de un 30 por ciento en España. "El gen npmA2 convierte a estas infecciones en prácticamente incurables", ha aseverado el doctor Carlos Serna, coautor del estudio.
Los autores han subrayado que la investigación de nuevas estrategias para combatir las infecciones y la vigilancia del uso de antibióticos son ahora más urgentes que nunca. "Si no actuamos ya, nos abocamos a una era donde una simple infección vuelva a ser mortal", ha advertido González-Zorn.
Junto a la Universidad Complutense de Madrid, han participado en este estudio cientÃficos del Welcome Sanger Institute de Cambridge (Reino Unido), el Instituto Pasteur de ParÃs (Francia) y centros de investigación de los PaÃses Bajos y Australia.