El 80% de los españoles presenta problemas de visión, según el Libro Blanco de la Salud Visual en España 2025

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El 80 por ciento de los españoles presenta errores refractarios, si bien tan solo un 61 por ciento de ellos usa gafas o lentes de contacto para corregirlos, lo que se relaciona con una "insuficiente" cartera de servicios comunes en salud visual, tal y como se expone en el Libro Blanco de la Salud Visual en España 2025, auspiciado por el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas.



Hasta un 30 por ciento de la población continúa sin revisar su visión de forma habitual, una situación que el presidente del Colegio de Ópticos-Optometristas de la Comunidad Valenciana, Andrés Gené Sampedro, ha achacado a los altos costes de la salud visual y a su falta de inclusión en el Sistema Nacional de Salud (SNS), lo que da lugar a que el tiempo medio de espera para consultas externas en Oftalmología sea de 74 días.



Todo ello provoca que un 88 por ciento de las revisiones visuales en España se lleven a cabo en el sector privado, y que más de 721.000 menores españoles sufran de problemas de visión por las dificultades económicas de sus familias, lo que se traduce en un "fuerte impacto" en la calidad de vida de quienes los sufren.



De hechos, los problemas visuales afectan al bienestar mental, al rendimiento educativo y laboral y a la movilidad, con los consiguientes costes sociales, sanitarios y económicos que suponen.



Los problemas visuales, que tienen una incidencia más alta en niños, mujeres, personas mayores y poblaciones vulnerables, se reparten de forma homogénea entre todas las comunidades autónomas, si bien destacan Aragón, País Vasco y Canarias como las que más tienen, y Extremadura como la que menos.



Entre los principales problemas se encuentran el aumento de la miopía infantil, la alta incidencia de presvicia en adultos mayores, y el astigmatismo.



Para hacer frente a esta situación, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas ha propuesto al Ministerio de Sanidad dos planes: el plan PASVI para atender la atención de la salud visual infantil, y el PASVAM, de atención a la salud visual en adultos mayores.



Mientras que PASVI busca proporcionar de revisiones periódicas a 6,5 millones de menores, así como proveer de gafas y lentillas a 1,25 millones, con un coste estimado de 325 millones de euros anuales; el plan PASVAM busca atender a 7,7 millones de mayores de 65 años con necesidades visuales, y se pretende proveer de gafas y lentillas a 6,1 millones, con un costo estimado de 1.840 millones de euros anuales.



ATENCIÓN COMUNITARIA DESDE LA ATENCIÓN PRIMARIA


El asesor de la Sociedad Española de Optometría, Ángel Salmador Martín, ha subrayado la necesidad de incorporar la figura del óptico-optometrista a la Atención Primaria del SNS, de forma que pueda llevar a cabo intervenciones a nivel comunitario.



Las principales funciones de este tipo de profesional serían la de interrelacionarse con otros recursos socio-sanitarios, de proporcionar al paciente una educación en salud, de dar consejos alimentarios para la salud visual, de detectar precozmente patologías visuales, de proporcionar un control a enfermedades crónicas con posible afectación visual, y de dar atención a grupos de riesgo o en exclusión social.



El presidente del Consejo, Juan Carlos Martínez Moral, ha subrayado que el Libro Blanco puede ayudar a las autoridades políticas a tomar decisiones, y que este tipo de documentos siempre han estado "muy bien valorados" en el Ministerio de Sanidad, al que ya han presentado esta nueva versión.



En relación a ello, ha mostrado su deseo de que la figura del óptico-optometrista sea incorporado a la Atención Primaria en el marco del nuevo plan de Sanidad para reformar este servicio.



NIVELES DE ESTRÉS MEDIOS ENTRE LOS ÓPTICOS-OPTOMETRISTAS


Durante la presentación del texto también se han mostrado los datos de una encuesta realizada sobre la satisfacción laboral de los ópticos-optometristas, en la que se refleja que los 2.261 participantes aseguran tener niveles medios de estrés, siendo mayor en mujeres que en hombres.



Cabe destacar que hasta trece comunidades autónomas presentan altos niveles de estrés, y no hay ninguna en los que estos alcancen cifras bajas, lo que se relaciona con la "alta carga de trabajo" y la "presión" por cumplir los estándares de atención al paciente, afectando directamente a la satisfacción, la motivación y a la calidad del servicio.



Hasta un 68,4 por ciento ha reconocido sufrir agotamiento emocional, derivado de la "despersonalización" por parte de la sociedad y los pacientes; sin embargo, los encuestados han referido tener altos niveles de satisfacción personal, un sentimiento relacionado sobre todo por la relación tanto con sus compañeros como con sus superiores.



La satisfacción de los profesionales también se ve influida por la tensión y la monotonía a la que se enfrentan en sus puestos, y tan solo un 52 por ciento se muestra satisfecho con su trabajo.



Además, un 49 por ciento ve con poca confianza que se produzca una mayor promoción de oportunidades, y un 71 por ciento no cree que se vayan a dar mejoras económicas en los centros de trabajo.



Es por ello por lo que los profesores de la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Cristina Álvarez Peregrina y Miguel Ángel Sánchez Tena, ambos autores de la encuesta, han recomendado llevar a cabo intervenciones para optometristas jóvenes y mujeres, que son quienes mayor riesgo presentan de sufrir estrés y agotamiento.



Asimismo, han aconsejado trabajar sobre el bienestar profesional, en mejorar las condiciones laborales y en formar a estudiantes y profesionales con herramientas para gestionar el estrés y el agotamiento laboral.




europapress