MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) - Las autoridades de Rusia han anunciado este lunes la desarticulación de un "acto de sabotaje" contra una empresa situada en la región de Moscú que forma parte del "complejo militar-industrial" del país y la detención de dos personas supuestamente implicados en estos esfuerzos, un plan del que han acusado a los servicios especiales de Ucrania.
El Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha señalado en un comunicado que los agentes "han detenido las actividades ilegales de dos ciudadanos rusos nacidos en 1987 y 1999 que intentaban cometer un acto de sabotaje en una de las empresas del complejo militar-industrial en la región de Moscú", antes de afirmar que ambos actuaban "de forma independiente" tras "contactar a través de Telegram con representantes de una organización ucraniana reconocida como terrorista".
"Siguiendo sus órdenes, encontraron trabajo en una de las plantas de la industria de defensa en Moscú, donde llevaron a cabo actividades de reconocimiento y fotografiaron instalaciones clave, enviando estas imágenes a sus supervisores", ha manifestado, al tiempo que ha resaltado que también fabricaron artefactos explosivos para llegar a cabo voladuras en las instalaciones.
Así, ha recalcado que ambos fueron detenidos cuando intentaron introducir los explosivos en las instalaciones, tras lo que "confesaron estar llevando a cabo labores en nombre de una organización terrorista con el objetivo de detener las operaciones esta planta". "El FSB alerta de que los servicios especiales ucranianos usan cada vez más Telegram y WhatsApp para involucrar a ciudadanos en actividades de sabotaje e Inteligencia", ha remarcado.
Por otra parte, el FSB ha asegurado haber desarticulado las actividades de una banda "internacional" que trabajaba para enviar de contrabando equipamiento para helicópteros a diversos países extranjeros, entre ellos Ucrania, objeto de una invasión rusa desde febrero de 2022.
En este sentido, ha especificado en un segundo comunicado que sus agentes han "identificado y detenido" las "actividades ilegales de un grupo internacional de personas implicadas en los preparativos para sacar de contrabando equipamiento aéreo a países extranjeros, incluida Ucrania".
El FSB ha recalcado que el grupo estaba integrado por seis personas, "entre ellas ciudadanos rusos, ucranianos y de países de Oriente Próximo", antes de afirmar que estas actividades "eran coordinadas por un extranjero que vive fuera del país" y agregar que habían "comprado, almacenado y trasladado a través de la frontera" componentes de helicópteros tipo Mi-8 y Mi-17.
"Según expertos, el coste estimado de estos componentes es de más de 400 millones de rublos (...) y permitirían la restauración de al menos cuatro helicópteros para que reinicien sus vuelos", ha sostenido el organismo, que ha agregado que todos ellos han sido imputados tras su detención en la operación, que continúa activa.