MADRID 28 May. (EUROPA PRESS) -
La aerolínea brasileña Azul se ha declarado en quiebra, convirtiéndose en la última gran aerolínea brasileña en solicitar protección a sus acreedores tras más de un año de dificultades para hacer frente al aumento de los gastos y al persistente impacto de la pandemia en el sector de la aviación.
La compañía inició un proceso de reestructuración voluntaria en EE.UU. al amparo del Capítulo 11, que incluye unos 1.600 millones de dólares en financiación durante el proceso, según informó Azul en una declaración presentada el miércoles. La compañía afirmó que pretende eliminar más de 2.000 millones de dólares en deuda y recibir unos 950 millones de dólares en nuevas aportaciones de capital a la salida del proceso.
En el último año, Azul ha cerrado acuerdos con arrendadores, ha canjeado su deuda y ha recaudado cientos de millones en efectivo fresco en un intento de dar la vuelta a sus maltrechas finanzas. La empresa había estado trabajando para obtener financiación adicional de los tenedores de bonos después de lanzar una oferta de acciones con el fin de mejorar su estructura de capital.
Estos esfuerzos fracasaron en última instancia, ya que las difíciles condiciones económicas en su mercado nacional, junto con las presiones de los tipos de cambio en medio de una mayor volatilidad en los mercados mundiales de divisas, afectaron a la posición de efectivo de Azul.
"Estos acuerdos suponen un importante paso adelante en la transformación de nuestro negocio, que nos permite emerger como líderes del sector en los principales aspectos de nuestra actividad", declaró en el comunicado el consejero delegado, John Rodgerson.