Una experta en lengua cita la norma de la RAE que permite cometer faltas y la aplica con toda intención

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MADRID 8 May. (EUROPA PRESS) - ¿Está permitido romper las normas de ortografía? Aunque parezca contradictorio, sí: siempre que se haga con conocimiento de causa y una intención comunicativa clara. Así lo ha demostrado la experta en lengua y divulgadora lingüística Elena Herráiz -más conocida como @linguriosa en redes sociales y por su labor en el programa de televisión Cifras y Letras-, quien ha protagonizado un pequeño revuelo en redes tras escribir deliberadamente "amorsito" con S en una de sus publicaciones.



El término, que en ortografía normativa debería escribirse con C (amorcito), generó decenas de mensajes críticos. Sin embargo, Herráiz no solo defendió su decisión, sino que aprovechó para explicar que existe una norma reconocida por la Real Academia Española (RAE) que ampara este tipo de usos si se enmarcan en un contexto literario o expresivo.


"LO HE HECHO BÁSICAMENTE PORQUE ME HA DADO LA GANA"

"Puse amorsito con S en una historia y no os podéis imaginar la de mensajes", comienza el vídeo publicado en su perfil de TikTok. Muchos usuarios la acusaron de cometer una falta ortográfica inadmisible, especialmente porque imparte cursos de lengua. "Pues sí, he puesto amorsito con S", confirma con claridad. Y lo hizo por una razón fonética y emocional: "Yo distingo entre los sonidos S y Z, así que si escribo amorsito con C para mí no va a sonar como amorsito". Para Herráiz, escribirlo con S no solo responde a cómo suena la palabra, sino también al tono que deseaba transmitir: "Tiene una connotación más cariñosa o más personal o más íntima y eso es lo que yo quería".


LA NORMA DE LA RAE SOBRE LA TRANSGRESIÓN CONSCIENTE

En su defensa, la experta en lengua recuerda que "transgredir una norma no es nada extraño" y que incluso la RAE contempla esta posibilidad mediante un recurso formal: el uso de comillas. Es decir, cuando se utiliza una forma no estándar de manera voluntaria, se puede marcar tipográficamente como tal.


"No tiene nada de malo", insiste. De hecho, menciona a autores como Lorca o Delibes, quienes empleaban giros o formas lingüísticas no normativas para representar mejor la forma de hablar de sus personajes. "Saltarse el estándar voluntariamente es una forma más para darle más intencionalidad o concreción a un texto", explica.


El mensaje final de Herráiz es claro: romper una norma puede ser válido si hay intención, no desconocimiento. "Lo he hecho básicamente porque me ha dado la gana", concluye, reconociendo que podría haber añadido comillas para ajustarse más al ejemplo normativo, pero que prefirió priorizar el matiz afectivo del mensaje.

europapress