Lo que nos enseña emprender cuando todo cambia

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Veronica Poblete

Emprender siempre ha sido un acto de fe. Una forma de mirar el mundo no como es, sino como podría ser. Pero hoy, en medio de mercados inciertos, transformaciones constantes y nuevas reglas de juego, emprender adquiere un valor aún mayor: es una declaración de confianza activa en el futuro. Los emprendedores no sólo crean productos o servicios. Crean movimiento. Cambian las conversaciones.


Su impacto no se mide solo en ventas o rondas de inversión, sino en su capacidad de construir sentido en momentos en que todo parece estar en duda. Y ahí, en ese tejido invisible que conecta sus ideas con el mundo, la comunicación se vuelve esencial.


Contar la propia historia no es un acto de marketing. Es un acto de valentía. Es decir: "esto somos, esto creemos, esto estamos construyendo", aún sabiendo que el camino es incierto y expuesto. Por eso, en este Día Nacional del Emprendimiento, quiero rendir homenaje a quienes se atreven no sólo a soñar y a hacer, sino también a narrar. A quienes abren la puerta de sus proyectos, comparten sus avances, sus aprendizajes, sus convicciones. A quienes no se esconden cuando hay dudas, sino que comunican con propósito, con honestidad y con visión.


Hoy más que nunca necesitamos esas voces que inspiran, conectan y movilizan. Voces que nos recuerdan que todo gran cambio empezó con una historia bien contada, una conversación honesta o alguien que se atrevió a decir: "esto es lo que quiero construir".


Emprender y comunicar con propósito es una forma de transformar el mundo, palabra a palabra, acción a acción.


Verónica Poblete, 

Directora Ejecutiva de Bee Partners

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