Aunque el debate constitucional sigue dominado por el debate ideológico en torno al rol del Estado, este autor ha considerado interesante dedicar su tiempo a los asuntos más estructurales.
Un país de cuatro mil kilómetros de largo (y apenas 200 de ancho promedio), le cuesta ser centralista. Sin embargo, este lo es. Un error incomprensible en la forma de organizar un país de loca geografía. Hay lugares de Chile a los cuales solo se llega por avión, o por mar. Muchos quedan fuera de la vista de los burócratas y políticos. Y, sin embargo, a menudo son ellos quienes deciden, a miles de kilómetros de distancia.
El costo es enorme. Hace muchos años, en Punta Arenas, vi un edificio público reluciente, y me llamo la atención porque se veía desocupado. Preguntando el porqué, se me respondió: no se puede usar, porque revientan las ventanas. ¡La burocracia centralista no había contemplado el viento de esta zona extrema del país! ¿Cuantos más errores se habrán cometido por factores semejantes, a lo largo de nuestra historia centralista?
Estando en la cordillera de la Araucanía, también hace años, viví, junto a un grupo de nueve estudiantes, en una escuela que no tenía baños salubres (solo letrinas) ni suelo de madera. Además solo tenía vidrios quebrados en las ventanas. Para cambiar las ventanas, se necesitaba, una autorización de Santiago. Pasaban y pasaban los años, y los niños se enfermaban de pulmonía, e incluso, de tuberculosis, por el simple hecho de ir a la Escuela. ¿Qué reforma educacional igualitarista puede funcionar con tamaña desigualdad de origen?
La política económica, y el sentido común, nos indican que las mejores soluciones se generan in situ, donde está el problema. Quizás el edificio de Punta Arenas no habría tenido que esperar otros 5 años, para ser ocupado. Y la Escuela de Melipeuco la habría encontrado con vidrios y baños, con una descentralización real. La batalla contra la desigualdad, parte con el uso eficiente de los recursos públicos. La solución no es el Estado Plurinacional, sino el empoderamiento real de las regiones y comunidades locales. Ese, debería ser el verdadero tema constitucional.
Christian Lomakin
Economista/ Cosultor