Diálogos tributarios 2.0

Durante este mes de abril se realizó un nuevo ejercicio de “diálogos tributarios” para generar “insumos” para una nueva iniciativa tributaria que logre un sistema impositivo eficiente para nuestro país. Este nuevo ejercicio tuvo características encomiables que bien vale la pena resaltar, aunque también es necesario mencionar que faltó la instancia para discutir si el sistema tributario debe encaminarse a recaudar más o apoyar el ahorro y la inversión privada.

En esta nueva versión, se contó con la participación de representativas de la academia, de la CPC, de organizaciones de trabajadores como la CUT y otras similares, de organizaciones de la sociedad civil, de agrupaciones de profesionales como el Colegio de Contadores de Chile y el Colegio de Abogados, de agrupaciones de profesionales fiscalizadores y representante de pymes. Yo tuve el gran honor de ser uno de los 6 representantes del CRUCH, lo cual agradezco a mi rector y decano por incluirme entre los 14 candidatos del consejo de rectores, de los cuales eligieron a sus representantes.

Las actividades consistieron en 6 reuniones presenciales que partían con una exposición de representantes de la OCDE y de la DIPRES, quienes socializaban estudios, análisis y desarrollaban conceptos que motivaban las discusiones que se realizaban posteriormente en grupos.

Un aspecto que nos llamó la atención era que estos diálogos tenían como foco el financiamiento responsable y transparente del gasto público, aumentar la recaudación fiscal y avanzar en un sistema tributario progresivo, tomando como base las conclusiones de los diálogos sociales realizados en el año 2022, en los cuales también participé.

Otra particularidad era que no tenía un carácter vinculante, no se busca un consenso de ideas, no se esperaban debates y siempre solicitaban una discusión con respeto y alturas de miras. Por otro lado, el mismo ministro Marcel dijo públicamente que ninguna iniciativa legislativa en materia tributaria iba a ser presentada antes del 7 de mayo, esperando que “el escenario político esté más tranquilo”.

Pese a que nuestra opinión no era determinante, el equipo del Laboratorio de Gobierno tuvo un importante y destacado papel en la organización, realizando dinámicas muy efectivas para lograr que todos los participantes pudieran interactuar en las 6 sesiones de 3 horas y medias cada una. Sin duda que el grupo de señoritas y jóvenes que nos apoyaron demostraron un profesionalismo y responsabilidad que merece ser destacado.

Los principales resultados de este ejercicio estuvieron en el reconocimiento de la necesidad de avanzar en un pacto tributario que genere estabilidad y certeza al sistema tributario, sin perjudicar el crecimiento económico. Esto último me parece muy importante porque se reconoce al crecimiento como un motor importante del bienestar del país.

En segundo lugar, se reveló la necesidad de establecer prioridades en el gasto público en la educación, salud, pensiones. Un elemento que me llamó la atención, fue la importancia que se dio al gasto en la seguridad y orden, siendo esto una evidencia de los tiempos que estamos viviendo y de la relevancia que ha tomado en nuestra sociedad.

También hubo interés en señalar que el gasto público debería considerar la modernización del estado y la investigación en el cambio climático.

Para lograr lo anterior se manifestaron diversas opiniones de los 42 participantes, que no llegaron a ser un consenso sino un acopio de ideas que generaron muchas discusiones. Se planteó la mejora en la eficiencia y eficacia del actual gasto fiscal (tema que ya he tocado en otras columnas), disminuir la elusión y evasión (tema muy valorado y compartido) e incrementar los actuales tributos, permitiendo la progresividad. Fueron estos últimos aspectos que me generaron cierta frustración, porque no fue posible presentar datos empíricos o discutir estudios que permitieran evaluar su efectividad.

Muy debatido estuvo el impuesto al patrimonio, las contribuciones y el impuesto a las herencias, manifestando incluso su eliminación.

Como se puede apreciar, no hubo propuestas innovadoras ni ideas que fueran diametralmente distintas a lo que el sentido común pudiera concebir o a lo ya mencionado en otras ocasiones. Tal vez se debió a la dinámica que se dio en estas reuniones, donde se exacerbó la palabra de la OCDE, dando la idea que esta organización ya tenía las respuestas que necesitábamos, o porque no hubo la instancia para poder plantear, sobre la base de datos empíricos, que no surgieron ideas más creativas. Es por ello que, cuando pudimos reunirnos los representantes del CRUCH, señalamos que toda discusión y decisión tributaria debía estar sustentada en datos empíricos y no en opiniones de distintos actores que, por muy respetables que éstas sean, las políticas fiscales deben diseñarse de acuerdo a nuestra realidad, considerando que la recaudación y el crecimiento son “herramientas” y no el fin de un sistema tributario, el cual, además, debe diseñarse para dar satisfacción a las necesidades sociales y no a incrementar las arcas fiscales por el solo hecho de aumentar sus cuantías.

Por otro lado, por muy profesional que haya sido el trabajo, no debemos apresurarnos y aún hay mucho que discutir y diseñar, y tal como invitó el ministro Marcel en su exposición en Enade, cuando finalizó su presentación con la proyección una foto de todos quienes participamos en esto diálogos, debemos continuar con la discusión de un tema que no está agotado, pues el sistema tributario que el país necesita, no debe orientarse en disminuir la brecha de cuántos puntos del PIB logramos recaudar en relación a otros países de la OCDE, sino en lograr que la recaudación permita un Estado eficaz y eficiente, sin entorpecer el ahorro e inversión privada que es el motor que empíricamente se ha demostrado, puede hacer mover una economía y lograr el desarrollo de todos los sectores del país.

Prof. Germán R.Pinto Perry

Director Magíster en Planificación y Gestión Tributaria

Centro de Investigación y Estudios Tributarios NRC

Universidad de Santiago