Vulnerabilidad sistémica del mundo actual

|

Daniel Vercelli

Estas son esas semanas en que aún estamos en modo balance 2022 y al mismo tiempo, kick off o punto de partida 2023, para entender mejor qué ha significado el último periodo y qué hemos aprendido de estos años que han sido especialmente distintos, y también por supuesto, proyectarnos hacia adelante.


Y en esta fase, existe un concepto que me parece clave y pertinente. Hemos vivido un 2019, 2020 y 2021 donde constatamos en la práctica la vulnerabilidad sistémica que antes sólo comprendíamos como un concepto abstracto. Con vulnerabilidad sistémica me refiero a la evidencia de que una parte de nuestro tejido social no está funcionando bien, a que cuando enfrentamos desafíos en términos políticos y luego vemos consecuencias incluso en términos económicos, podemos hablar de un resultado sistémico. Lo mismo nos pasó con el COVID, porque hoy las enfermedades son también una vulnerabilidad sistémica donde algo que se origina en una ciudad lejana puede ampliarse al resto del mundo y afectar no solamente la salud de las personas, sino además la economía, las cadenas de abastecimiento, el statu quo, los hábitos sociales, etc.


También existe otra vulnerabilidad sistémica que constatamos en la zona oriental de Europa, donde se desata una guerra que genera efectos en todas partes del mundo con dificultades de acceso a alimentos básicos como el grano o el aceite, materias primas para fertilizantes y un gran etcétera. A modo de ejemplo, los agricultores de todo Chile resienten las agresiones y abusos de Rusia hacia Ucrania.


Y con los temas medioambientales es lo mismo. La crisis climática o la pérdida de biodiversidad se evidencia en un lugar determinado y eso tiene consecuencias sistémicas, lo que nos demuestra el nivel de conexión que existe entre la humanidad para que una alteración local se transforme en algo enorme y amplificado, incluso en sitios remotos.


Entendamos que la vulnerabilidad sistémica es algo que continuará ocurriendo, vamos a seguir sufriendo la crisis climática, vamos a seguir enfrentando la crisis de biodiversidad, vamos a seguir encarando un sinfín de problemas ambientales y sociales que tienen como factor común los efectos sistémicos y globalizados.


Pero, ¿qué necesitamos para hacer frente a estas vulnerabilidades?, ¿qué hemos aprendido en estos últimos años?. Los desafíos de esta complejidad requieren de colaboración, generosidad, coordinación, metas comunes y la participación de todos los actores de la sociedad.



Esas mismas cosas que nos enseñó el COVID que había que detener y que fueron la clave para dejar atrás la pandemia; lo mismo que aprendimos en términos sociales y políticos en Chile, que nos va mejor cuando se llega a acuerdos colaborativos; esa misma receta es la que tendremos que seguir aplicando en el futuro. Las vulnerabilidades sistémicas seguirán presente en diferentes ámbitos, pero parece haber consenso en que las soluciones están, primero, en reconocer y asumir los problemas, colaborar juntos en su solución, generar alianzas, medir avances, adoptar buenas prácticas, abrir puentes de diálogo y especialmente, comenzar por uno mismo para reflejar en los demás el cambio positivo que buscamos lograr.


Por Daniel Vercelli Baladrón, socio y Managing Partner de Manuia, mentor y director de startups

europapress