Compartimos que los procesos electorales son esenciales pero insuficientes. Estos requieren acompañarse de procesos deliberativos, instancias de control social y espacios de co‑construcción de políticas.
Tras la crisis por COVID-19, no sólo retrocedió un proceso de desarrollo regional que hasta entonces iba al alza, sino que además se puso fin al lento pero seguro tránsito de convergencia interregional (es decir, la reducción de distancia entre las regiones más y menos aventajadas).