La situación denunciada por colaboradores de nuestra residencia de Los Ángeles es un reflejo de una crisis mayor del sistema, pues el Servicio Mejor Niñez ha forzado a las organizaciones de la sociedad civil a recibir a niños y adolescentes que exceden el perfil de sujeto de atención definido en el convenio respectivo, obligando a convivir en una misma residencia a los niños bajo protección con otros que padecen graves patologías de salud mental, problemas de consumo de drogas o severos compromisos delictuales.
Como institución que desde hace 89 años cumple su misión de proteger a los NNA en situación de vulnerabilidad, nos duele vernos obligados a cerrar la residencia de Los Ángeles que fue inaugurada en 1961 y que a lo largo de su historia obtuvo las más altas calificaciones en supervisiones y fiscalizaciones, tanto por parte del Servicio como de Tribunales y otros actores del sistema.