No obstante, a pesar del espíritu original que promueve la ley, en la práctica se ha observado que la atención se ha centrado más en los mecanismos de denuncia y sanción que en la prevención misma.
Es claro que la Ley Karin va a transformar la gestión de riesgos laborales, subrayando la importancia de abordar integralmente los factores psicosociales que afectan la salud y bienestar de los trabajadores.
La falta de políticas públicas robustas y de fiscalización eficiente permite que muchos trabajadores, incluidos los migrantes irregulares, se vean forzados a aceptar empleos sin las garantías mínimas de ley.