Sin medidas de cuidado, seguimos construyendo una cultura de violencia hacia la infancia. Solo nos queda, a los padres que podamos, proteger a nuestros hijos para desarrollar su niñez saludable y segura en donde no nos lo impidan.
La protección de NNA debe ser una política pública prioritaria. Urge acelerar el proceso de implementación de la Ley de Garantías y del Servicio de Mejor Niñez, asegurando las condiciones necesarias para que en las residencias podamos acogerlos adecuadamente.