Hoy, casi el 20 % de las matrículas en STEM son femeninas, y en ingeniería ya superamos el 30 % en las principales universidades. Pero seguimos enfrentando barreras: sesgos explícitos y sutiles, la falta de referentes, la soledad en aulas y reuniones, y la necesidad constante de “demostrar más”.
La Construcción, un sector que imprime dinamismo a cualquier economía, se ha caracterizado por ser una industria históricamente masculina. Si bien, en los últimos años se ha abierto a la incorporación de fuerza laboral femenina, aún existen brechas importantes.