Las consecuencias de esta doble discriminación son devastadoras. Económicamente, muchas mujeres mayores enfrentan pensiones que no les permiten subsistir con dignidad, reflejo de una vida laboral marcada por la desigualdad.
Más del cincuenta por ciento de los chilenos de este tramo son quienes lideran estos procedimientos, mientras que el rango de 35 a 40 años es donde más se concentran con un 24,9%. Por otro lado, los adultos mayores superiores a 60 años representan el 15,3%.
Quienes más arriendan canchas deportivas son los adultos jóvenes (25-34), pero los jóvenes entre 20 y 24 años son más consistentes en sus prácticas semanales, ya que arriendan con mayor frecuencia durante una misma semana, debido a la flexibilidad horaria de los estudios.
Su mayor tolerancia al riesgo y menores responsabilidades financieras, han sido clave para convertirlos en protagonistas de la demanda de departamentos para la renta.