Hace treinta años que vengo pregonando la Sociedad del Conocimiento. El libro que me despertó este interés fue uno de Peter Drucker, “The Post-Capitalist Society” (1983). En él, Drucker aseveraba que estábamos transitando desde un modelo económico donde el factor más relevante es el capital (dinero y fábricas) hacia uno donde el más relevante es el talento, o capital intelectual. Estamos pasando de una economía capitalista a una economía del conocimiento. Y el nuevo “capital” es el talento, el capital intelectual.