En las últimas décadas, hemos sido testigos de un cambio importante en los patrones de consumo, en gran parte impulsado por la Generación Z, aquellos nacidos entre 1997 y 2012. Esta generación la primera en haber crecido en un mundo completamente digital, ha comenzado a redefinir la relación entre los consumidores y los centros comerciales, obligando a estos últimos a adaptarse a los tiempos.