Esta crisis tiene un impacto directo en el crecimiento económico y la competitividad, pues afecta seriamente el funcionamiento de las cadenas de suministro.
Una certeza es que China no se queda de brazos cruzados y probablemente reordene su estrategia comercial internacional, lo que podría llevar sus esfuerzos a América Latina, donde sería un fuerte competidor.