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Francisco Javier González Puebla |
Los últimos días han estado dominados por noticias relacionadas con la energía de todo el mundo. Así, mientras Europa continúa en el centro de atención debido a las temperaturas inusualmente altas por un lado y el endurecimiento de las normas debido a las interrupciones en el suministro de gas; un desarrollo significativo podría haber cambiado.
Durante mucho tiempo hemos vivido con el temor Malthusiano de que el mundo se esté quedando sin recursos para sostener a la humanidad. No es así como se ha desarrollado del todo, principalmente debido al ingenio humano.
La reunión COP26 de los países miembros celebrada en Glasgow a fines de 2021 y el informe publicado más recientemente por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) enfatizan la urgencia de que la humanidad actúe de manera urgente, para mitigar el cambio climático producido por el hombre.
Brasil ha encabezado algunos de los cambios de paradigma en el campo de los biocombustibles, especialmente el bioetanol, mucho antes de que se convirtieran en una necesidad urgente debido al cambio climático.
Las tecnologías digitales han estado al frente y en el centro de la renovación de todo en nuestras vidas y tal vez han escalado más rápidamente que cualquier otra innovación en toda la historia humana.
¿Cómo puede una empresa proteger sus activos en un mundo profundamente conectado e impulsado por la tecnología? Habilitar industrias a través de la tecnología es una espada de doble filo. El aumento del uso de la tecnología mejora la eficiencia, ayuda a realizar tareas que solo eran posibles en teoría y permite que las empresas crezcan a la velocidad que exige el mercado.
En lo que respecta a los problemas del cambio climático, se habla mucho sobre el hidrógeno y cómo puede ayudarnos a restringir el aumento de temperatura a 1,5°C, como se decidió en el acuerdo de Paris.
Existe una clara dicotomía entre las promesas que estos mismos países están haciendo hacia las ambiciones de acción climática (ya sean NDC mejoradas o emisiones netas cero para 2050) y su creciente dependencia del negocio de extracción de combustibles fósiles.
En menos de un mes, países de todo el mundo se reunirán en Glasgow para discutir los avances en el Acuerdo de París. Como precursor de la próxima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), gran parte de la discusión se ha centrado en el compromiso de los países en desarrollo con la CMNUCC, metas de contribución determinada a nivel nacional (NDC), neto cero objetivos, necesidad de mayor atención al financiamiento climático, etc.