Enrique Goldfarb



Enrique Goldfarb

La muy joven activista por el cambio climático, Greta Thunberg, ha recibido todo tipo de repuestas: desde la más entusiasta acogida, pasando por un análisis más sobrio de costos y beneficios hasta el más enérgico repudio.

Perteneciendo la Constitución a la más elevada categoría de nuestras leyes, uno se imagina que la violación de ésta debiera ser un crimen atroz, algo que por sí mismo hiciera mucho ruido y resultara evidente. Sin embargo, en todo el tiempo en que se gestó la acusación contra la ministra Cubillos, nunca se supo el porqué. Seguramente el escrito estaba ahí en la Cámara, en los tribunales o en los partidos de oposición, pero si uno no lo buscaba, no lo encontraba. La prensa tampoco lo comentó, aludiendo solamente al acto mismo y si iba o no a encontrar apoyo. Pero los reveladores comentarios de analistas y políticos serios ya anticipaban su destino.

Después de meses, en el Instituto Nacional sigue la violencia desatada por sus alumnos. Pareciera que probados los métodos institucionales y democráticos para normalizar el colegio- esto es, que se den las clases sin tropezarse con bombas incendiarias- estos no han dado resultado.



El tema de las 40 horas, proyecto de ley PC que busca reducir en 11% el máximo legal que un empleador podrá exigir que trabaje un empleado suyo, da que pensar, y mucho. En suma, pienso que es la negación de la racionalidad. 

Así como la película “La tormenta perfecta” trata de la conjunción de tres eventos para conformar la más grande de las tormentas, China ha logrado fabricar un mecanismo que le ha dado soluciones impensadas a su más grave problema: la pobreza, y también le ha abierto las puertas a las pretensiones de toda organización política: la del dominio y poder, y con ello dejar atrás una realidad diametralmente opuesta.

Pueden estar suscitando algunas dudas las declaraciones de ejecutivos máximos de grandes corporaciones reunidos en una, así llamada, Business Roundtable, donde manifiestan que ya no rige la tesis de Milton Friedman de 1970, de que “la responsabilidad social de las empresas es aumentar las ganancias”.

Escuché de un analista de la situación actual, un término que encontré no podía resumir mejor las cosas. Se está “normalizando lo anormal".

La aplastante victoria del kirchnerismo en Argentina hace razonable pensar en cómo sería un futuro gobierno de esa facción política.

La oposición ha montado una gran fanfarria, burlándose del gobierno porque el Imacec de junio sólo logró el 1,3%, y el del semestre, 1,7%, después que el gobierno prometiera tiempos mejores y basara su gestión en el crecimiento económico.

Hace ya varias décadas, durante el gobierno militar, fungió fugazmente el ministro de Hacienda Luis Escobar Cerda, más político que economista, que intentó torcer el rumbo de la correcta política económica que estaban llevando a cabo los Chicago Boys