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Catalina Binder |
En la búsqueda constante por mejorar las condiciones de vida de los niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad, se vislumbra una oportunidad innovadora en el horizonte: la incorporación en el sistema de concesiones de obras públicas para la construcción y operación de casas de acogida. Esta medida no solo representa una respuesta tangible a una necesidad apremiante de la sociedad, sino que también abre la puerta a un enfoque más sostenible y eficiente en la protección de los derechos de la infancia.
El mercado eléctrico chileno, basado en un modelo de libre competencia, ha sido una fuerza impulsora detrás del crecimiento económico del país. Sin embargo, también ha generado grandes desafíos que han llevado a tensiones que amenazan con socavar este modelo.
En el complejo mundo de la infraestructura, donde la ingeniería y la construcción convergen para dar forma a la sociedad, la participación de la mujer ha emergido como un elemento fundamental para impulsar el progreso y la sostenibilidad. Históricamente, esta industria ha sido dominada por hombres, pero a medida que avanzamos hacia un futuro más inclusivo, la presencia y contribución de las mujeres se vuelven cada vez más esenciales.