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Alejandra Acuña |
En un país donde más de la mitad de los trabajadores realiza tareas repetitivas y rutinarias, hablar de formación tecnológica no es solo relevante: es urgente. Porque detrás de cada habilidad que no se actualiza, hay una oportunidad que se pierde. Y detrás de cada decisión formativa, hay una responsabilidad con el desarrollo productivo, la equidad y el futuro.