​Industria alimentaria enfrenta peak productivo y logístico en el cierre del año

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Este despliegue se apoya en soluciones tecnológicas y soporte técnico provisto por empresas especializadas que asegura la calidad e inocuidad de los productos que llegan a la mesa de los chilenos.


Este periodo es la fase de mayor actividad del rubro alimentario, y, para afrontar este desafío, las compañías deben garantizar que sus líneas de producción operen a velocidades superiores a las habituales, sin comprometer la excelencia del producto final.


Jaime Vicente, gerente comercial de Silbertec, explica que la preparación es más temprana y sostenida que en otros años. “Hoy, las empresas se empiezan a preparar en octubre y durante noviembre parte un aumento paulatino en la capacidad para contar con los stocks que se requieren y abastecer de diciembre a febrero”, señala, destacando una notable mejora en la planificación de las compras de materias primas.


El primer paso ante este incremento es el apoyo técnico, que implica un mantenimiento exhaustivo de los equipos para trabajar a velocidades superiores, por ejemplo, pasar de 700 a 1.000 kilos por hora. Para las pequeñas y medianas empresas que necesitan capacidad extra por períodos acotados, existe la opción de comprar o arrendar maquinaria reacondicionada, que permite ahorrar costos al no realizar inversiones cuantiosas.


En la manipulación de productos sensibles como cárnicos y lácteos, la trazabilidad digital y el control de la temperatura son cruciales, ya que la vida útil de estos alimentos depende de su mantención adecuada en todo el proceso de abastecimiento, desde la fabricación hasta el punto de venta.


La temporada de mayor consumo llega con nuevas tendencias. Durante los últimos dos años, se ha detectado un reemplazo de proteínas por opciones más económicas. Jaime Vicente sostiene que “este ha sido el año de mayor venta de salchichas en Chile en los últimos 20 años”, destacando el auge de las salchichas y hamburguesas (de carne, pavo o pollo) y donde la industria ha fortalecido su capacidad de elaboración.


Hacia fin de año, surge también la adquisición de alimentos de mayor estacionalidad y costo. Estos son abastecidos a través de la importación de proteínas congeladas, lo que impone el reto a las empresas de apoyar a sus clientes en el descongelamiento correcto. Otro de los desafíos tecnológicos actuales es la producción a peso fijo, impulsada por el auge del e-commerce y el retail moderno. “La principal brecha es cómo las empresas pueden trozar o dosificar en un peso fijo para entregar un producto envasado que el retail pueda vender en forma simple”, explica.


La planificación de fin de año se centra, asimismo, en la sostenibilidad, buscando aumentar la productividad bajo el contexto de la Ley de las 40 horas y el incremento de los costos energéticos. El control de energía es constante, y las plantas cuentan con generadores para estas fechas peak, ya que es uno de los principales costos de la industria. Simultáneamente, la Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor) impulsa el uso de empaques sostenibles que aseguren la protección del alimento y el cumplimiento normativo.


Tras un 2025 de alta productividad, la expectativa para 2026 es de extrema exigencia, proyectándose que la industria alimentaria crecerá al doble del promedio nacional.   


europapress