BRUSELAS 5 Dic. (EUROPA PRESS) - La Unión Europea ha celebrado este viernes la firma del acuerdo entre la República Democrática del Congo (RDC) y Ruanda para buscar la paz y una salida política al conflicto en el este de RDC, apuntando que se trata de un "paso importante", pero ha pedido un alto el fuego de forma urgente a la luz de que siguen en pie las hostilidades en el terreno.
"El renovado compromiso de RDC y Ruanda de buscar una solución política al conflicto en curso en el este de la RDC es un paso importante", ha valorado la diplomacia europea en un comunicado tras el pacto firmado por los presidentes congoleño y ruandés, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente, este jueves en Washington con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, como mediador.
Aunque la UE reconoce los "esfuerzos" de Estados Unidos para mediar entre ambos países en el conflicto territorial que tiene como principal actor a la milicia M23, integrada principalmente por tutsis congoleños, apoyada por Ruanda, al tiempo que "lamenta" la continuación de las hostilidades y la violencia en la región congoleña de Kivu, "así como la persistente crisis humanitaria y las violaciones de los Derechos Humanos".
Es por ello que insta "a todos los actores" en el conflicto a cumplir con sus compromisos y pide la rápida aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, de los recién firmados acuerdos de Washington y el acuerdo marco de Doha, que sirvió de base para el pacto sellado por Trump. "Se necesita con urgencia un alto el fuego efectivo", sostiene la UE.
En todo momento el bloque europeo defiende su apoyo a una solución pacífica al conflicto en el este de la RDC y se muestra dispuesto a "contribuir a la construcción de la paz mediante la integración económica regional".
Tshisekedi y Kagame firmaron junto a Trump el pacto de "paz" alcanzado hace medio año que busca poner fin a "décadas de violencia y derramamiento de sangre". Según el mandatario estadounidense el acuerdo "formaliza los términos acordados en junio, incluyendo un alto el fuego permanente, el desarme de las fuerzas no estatales, garantías para que los refugiados vuelvan a sus casas y justicia y rendición de cuentas para todos aquellos que han cometido atrocidades ilegales".
Las conversaciones arrancaron este año ante el recrudecimiento del conflicto a raíz de una ofensiva del M23, que logró tomar las capitales de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, provocando airadas acusaciones de RDC contra Ruanda.
Kigali por su parte denuncia que Kinshasa reprime a los tutsis con apoyo de grupos armados como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) --fundada por hutus huidos tras el genocidio en Ruanda en 1994-- y otras milicias locales.