¿Existen espacios inclusivos que respeten a las personas con autismo en Chile?

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Daniela Venegas




La promulgación de la Ley 21.730, conocida como la “Ley TEA”, en 2022 fue anunciada como un hito para la inclusión de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Pero, ¿qué tan lejos hemos llegado realmente? Como autista y creadora de EmotionApp una plataforma que busca mejorar la calidad de vida de personas autistas, vemos a diario en Chile una brecha enorme entre las palabras de la ley y la realidad que enfrentan las mismas personas autistas y sus familias.


La actualidad nos muestra avances aislados, como horarios silenciosos en supermercados o zonas de baja estimulación sensorial en algunos lugares. Pero, seamos claros: estas medidas, aunque optimistas, son insuficientes. La falta de estandarización y el acceso desigual, especialmente en regiones rurales, evidencian que seguimos postergando a una parte de nuestra sociedad.


No existen registros oficiales de cuántos espacios están realmente adaptados. En EmotionApp estamos mapeando y categorizando espacios inclusivos en colaboración con organizaciones. Es un trabajo titánico, pero necesario para visibilizar las brechas y presionar por cambios concretos. Mientras tanto, muchas familias deben elegir entre quedarse en casa o arriesgarse a experiencias frustrantes en espacios poco inclusivos.


Desde mi perspectiva, transformar esta realidad requiere acciones inmediatas: crear zonas tranquilas en espacios públicos, reducir estímulos sensoriales en lugares concurridos, diseñar señalética clara y capacitar al personal en neurodivergencia. Pero sobre todo, urge descentralizar los servicios especializados. Vivir en una región rural no debería significar resignarse a la exclusión.


La actualidad también nos obliga a mirar ejemplos que funcionan. En otros países, cines ofrecen funciones adaptadas, parques temáticos como Disney tienen zonas de descanso sensorial y centros comerciales en el Reino Unido implementan horarios silenciosos regulares. ¿Por qué no replicamos estas iniciativas aquí? En lugar de improvisar soluciones, podríamos adoptar modelos probados y adaptarlos a nuestra realidad.


Estas falencias afectan no solo a las personas con autismo, sino también a sus familias, quienes enfrentan agotamiento físico y emocional por la falta de espacios inclusivos. La construcción de una sociedad inclusiva requiere la participación activa de empresas, instituciones y autoridades. Transformar los espacios en ambientes accesibles no solo mejora la calidad de vida de las personas con autismo, sino también de sus familias y de la sociedad en su conjunto.


Es hora de avanzar hacia una inclusión real, donde cada persona tenga la oportunidad de desarrollarse plenamente en un entorno que respete sus necesidades.


Autora: Daniela Venegas creadora de Emotion app

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