Día Mundial del Ahorro de Energía: Una ruta hacia un futuro sostenible

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Claudia Sandoval2



El 21 de octubre, Día Mundial del Ahorro de Energía, nos invita a reflexionar sobre la importancia de reducir el consumo energético en un contexto global, marcado por el cambio climático y el agotamiento de recursos naturales. El ahorro energético no es solo una cuestión técnica, sino una necesidad urgente que depende del cambio de comportamiento de las personas, del compromiso de las empresas para fomentar prácticas sostenibles y de políticas públicas que lo fomenten.


Un aspecto crucial en la lucha por el ahorro energético es el almacenamiento de energía. En el marco de la transición hacia fuentes renovables, como la solar y la eólica, esto juega un rol vital para garantizar un suministro estable y eficiente. Las tecnologías de baterías, por ejemplo, permiten almacenar el exceso de energía generado en momentos de alta producción para utilizarlo en periodos de baja generación, lo que reduce el desperdicio y optimiza el uso de recursos renovables, potenciando el ahorro energético.


Las empresas tienen un rol protagónico en esta transformación. No solo como grandes consumidoras de energía, sino como actores que pueden innovar y liderar la adopción de prácticas sostenibles. Algunas compañías ya están avanzando hacia modelos de producción más eficientes energéticamente, integrando las energías renovables en sus procesos y promoviendo una cultura organizacional orientada al ahorro. Estas acciones no solo responden a una creciente demanda de consumidores más conscientes, sino que también representan una ventaja competitiva en un mundo donde la sostenibilidad es cada vez más valorada.


En este marco, la economía circular surge como una estrategia clave para reducir el consumo de recursos, incluyendo la energía. En lugar de seguir el modelo lineal de producción y consumo —extraer, fabricar, usar y desechar—, esta propone un enfoque regenerativo. En este modelo, los productos se diseñan pensando en su reutilización, reciclaje y reparación, minimizando la energía requerida para su creación y disposición.


En resumen, el Día Mundial del Ahorro de Energía nos recuerda que todos tenemos un papel que desempeñar en la construcción de un futuro más sostenible. A través de la economía circular, el uso de energías renovables y el almacenamiento energético, junto con el cambio de comportamiento de la sociedad y el liderazgo de las empresas, podemos reducir nuestro impacto ambiental.


En este camino hacia la sustentabilidad energética, la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Chile, ha querido dar un paso en la formación y perfeccionamiento de profesionales, a través de su magíster en Economía Circular Industrial. Formando personas que sean capaces de liderar esta transformación, dar soluciones a la sociedad que optimicen el uso de los recursos en el sector industrial, desde la implementación de sistemas energéticos más eficientes hasta la reutilización de residuos para generar energía, contribuyendo directamente a la mitigación del cambio climático.


Por Claudia Sandoval, docente del Magíster en Economía Circular de la Universidad Autónoma de Chile.


europapress