​Fuerzas Navales de Israel ante el conflicto Israel-Hamás

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María José Piñeiro

En la cobertura de conflicto entre Israel y Hamás, desde el punto de vista de sus fuerzas militares, denominadas “Fuerzas de Defensa de Israel” (FDI), la tendencia ha sido que las fuerzas terrestres y aéreas son las ramas que generalmente tienen más visibilidad en los medios de prensa, no así las fuerzas navales, aun cuando el esfuerzo militar de Israel destaca por ser conjunto.


El día sábado 7 de octubre, se señaló que Hamás realizó un ataque por aire, tierra y mar, y la cobertura mediática se ha referido constantemente a las fallas del sistema de seguridad, al “iron dome” y a las fallas de la inteligencia, sin embargo, poca mención se ha hecho al rol de sus fuerzas navales, quiénes frustraron un intento de incursión, proyectando a decenas de terroristas desde la costa de Gaza al litoral de Israel. Las fuerzas navales de Israel detectaron, persiguieron y destruyeron las embarcaciones de Hamas, persecución naval en la que marinos israelíes abrieron fuego, neutralizaron la amenaza y hundieron lanchas neumáticas y otras dos embarcaciones en el espacio marítimo de la costa sur cuando intentaban llegar a playas israelíes, según señaló el comunicado oficial de la FDI sumado a un video de los hechos. Dos días más tarde se vuelve a producir en el sur, una incursión marítima que reavivó el intercambio entre Hamas y las Fuerzas Navales de Defensa de Israel.


Para entender el rol de las fuerzas navales de Israel es importante remontarse a la guerra de los seis días en 1967, al término de la cual, el destructor INS Eilath fue hundido por lancha misileras egipcias de origen soviético, con misiles. El “Eilath” tiene el célebre récord de ser el primer buque de superficie hundido por misiles en el registro de la guerra naval. Ello, obligó a Israel a desarrollar tecnología, específicamente en guerra electrónica para contrarrestar los ataques misileros, que fueron probados en la guerra de Yom Kippur.


La dependencia de Israel respecto de su mar migró de una concepción inicial de dar seguridad a su flanco marítimo evitando incursiones por mar, a una visión estratégica más amplia en que su floreciente economía empezó a ser dependiente de su capacidad de transporte marítimo para importaciones y exportaciones. Asimismo, las necesidades de seguridad nacional obligaron a tener una capacidad expedicionaria, especialmente durante las ofensivas en contra de Siria y el Líbano, donde las fuerzas navales contribuyeron a proteger y apoyar el flanco marítimo de la ofensiva terrestre. El desarrollo de fuerzas de la marina de Israel ha ido reflejando la creciente necesidad de seguridad en el mar y a través del mar lo cual es fácilmente demostrable por el aumento del tamaño y sofisticación de su marina. Durante el año 2002, ante el descubrimiento de importantes reservas de gas en aguas de jurisdicción israelí y el fortalecimiento de las capacidades navales de importantes actores en el Mediterráneo, además de la creciente amenaza iraní, llevaron a replantear el papel de las Fuerzas Navales israelíes, y pasar de una visión de marina de protección de aguas costeras con capacidad de negación del mar, protección de las líneas de comunicación marítima y seguridad del litoral, a la necesidad de proteger intereses marítimos como las explotaciones de gas off shore en el Mar Mediterráneo, por lo que se planteó la necesidad de contar con plataformas adecuadas para su defensa. Lo anterior, se plasmó en la directiva estratégica, aprobada por el alto mando de las Fuerzas de Defensa en el 2002 para convertir a la marina de Israel, en una marina de “aguas azules”.


Esta realidad trajo aparejado el incremento de capacidades, incorporando medios que puedan operar a importantes distancias de sus bases.


Los líderes israelíes, comprendieron, la necesidad de invertir y desarrollar sus fuerzas navales. El empleo de la vía marítima para el contrabando de armas por parte de grupos terroristas como Yihad Islámica, Hamas o Hezbollah, puso en evidencia la necesidad de contar con medios adecuados para contrarrestar las vulneraciones de la soberanía marítima y los riesgos de seguridad provenientes desde el mar.


Esto demandó buques con mayor autonomía y permanencia que los patrulleros lanzamisiles o costeros empleados en seguridad de bases, puertos y costas. La necesidad de cerrar el “cerco” sobre el régimen de Hamas en la Franja de Gaza, le otorgó protagonismo a las Fuerzas Navales, para impedir la llegada de ayuda material a dicho grupo por vía marítima.


Si bien, existen limitaciones materiales, financieras y también en materia de recursos humanos, para cualquier país que desee una marina de aguas azules. Israel de manera inteligente planeó una Fuerza Naval que sigue siendo pequeña y de alcance operacional limitado, pero temible, gracias a su equipamiento, tecnología, logística, y alto nivel profesional de su personal, lo que permite proteger las aguas costeras de incursiones terroristas y otras acciones hostiles, proteger las líneas de comunicación marítima a lo menos en el Mediterráneo y los recursos del país en los espacios marítimos de interés nacional, como también proyectar el poder naval, gracias a los nuevos buques con capacidad oceánica y especialmente su moderna arma submarina, que le permite atacar objetivos a lugares tan distantes como Irán.


La decisión planificada y ejecutada el año 2002 por parte de Israel le ha permitido contar con un poder naval eficiente, entrenado, creíble y capaz de contrarrestar en forma exitosa el intento de incursión marítima de Hamas el día 9 de octubre. Esta demostración de capacidad de respuesta, sin duda, contribuirá a generar un efecto disuasivo respecto de futuros intentos de atacar a Israel desde el mar.


Si consideramos la importancia disuasiva de este ataque del poder naval de Israel que posee 273 kilómetros de costa en el mar mediterráneo y una pequeña salida de 10 km al golfo de Eilat en el Mar Rojo en el sur, imaginen la importancia que tiene para un país como Chile con 6.435 km de costa, sumado a sus espacios de soberanía y responsabilidad insulares y antárticos.


María José Piñeiro Tejo

Profesor Civil Academia de Guerra Naval

Doctor (C) Seguridad y Defensa. ANEPE

Magister en Historia, Política y Relaciones Internacionales

Profesora de Historia, geografía y ciencias sociales.

Licenciada en Historia mención Ciencia Política

Licenciada en Educación. 

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