​El descontrol y la vulnerabilidad de las redes sociales

|

Jorge Fuentes

El impacto de las redes sociales en la salud mental de los jóvenes es un tema que merece toda nuestra atención, más aún cuando sus referentes muestran su propia vulnerabilidad en el mismo espacio que construyeron para generar un vínculo con sus seguidores, pero sin que ellos -o quienes ven sus contenidos- tengan necesariamente las herramientas y los soportes emocionales para enfrentar escenarios complejos.


En la era digital en la que vivimos, el acceso a las redes sociales se ha vuelto omnipresente en la vida de los jóvenes, y esto ha llevado consigo una serie de implicaciones que no podemos ignorar. Si bien las redes sociales tienen su lado positivo, como la conexión instantánea con amigos y familiares, también es necesario reconocer los efectos negativos que pueden tener en la salud mental de los jóvenes.


Hace pocas semanas muchos adolescentes sintieron el dolor de perder a uno de sus ídolos. El trapero chileno Galee Galee no pudo con la ola de comentarios y cuestionamientos que surgieron en las redes sociales en su contra. El hecho sólo vino a debilitar aún más su salud mental. Sin embargo, más allá del lamentable hecho, parece necesario poder encender las alarmas de las acciones que se comenzaron a normalizar en un espacio tan abierto como las plataformas digitales y lo que pueden llegar a provocar.


Las "funas" o “cancelaciones” en las redes sociales se han transformado en un verdadero fenómeno que rápidamente se pueden salir de control y desencadenado situaciones complejas y dañinas. Con la supuesta intención de justicia mediante el uso de las redes sociales, las funas en línea a menudo se convierten en cacerías virtuales donde se lincha públicamente a una persona, sin tener en cuenta la presunción de inocencia o las consecuencias emocionales y psicológicas que esto puede tener. Estas situaciones pueden llevar a la difamación, el acoso y el linchamiento en línea, generando un entorno tóxico y perjudicial para la salud mental de los jóvenes involucrados.


Si ante un posible escenario de exposición como este le sumamos la deteriorada salud mental de los chilenos y los alarmantes aumentos de los trastornos de ansiedad y depresión entre los jóvenes dado el uso – y abuso- de las redes sociales, donde la exposición a imágenes y mensajes idealizados de vidas perfectas puede generar en los jóvenes sentimientos de inferioridad, inseguridad y falta de autoestima, el resultado no es para nada alentador.


Con la claridad que estamos ante un arma de doble filo, es fundamental que los jóvenes aprendan a utilizar las redes sociales de manera consciente y responsable, conociendo los efectos negativos que pueden tener en su salud mental y, junto a sus familias, tomar medidas para protegerse a sí mismos, ya sea limitando el tiempo dedicado a las redes sociales, estableciendo límites personales y dando espacio para una conversación abierta donde puedan expresar sus emociones.


No podemos hacernos los ciegos ante estos hechos, por lo que se hace imperioso que las plataformas de redes sociales y la sociedad en su conjunto aborden estos problemas, ya sea implementando medidas que promuevan un entorno más saludable y seguro, como filtros de contenido, notificaciones de tiempo de uso y programas de bienestar digital como fomentando una cultura en la que se valore la empatía, el respeto y el pensamiento crítico, de manera que se pueda tener un diálogo constructivo en lugar de recurrir a las funas y el maltrato virtual, resguardando de este modo la salud mental de quienes están más expuestos a las redes sociales.


Jorge Fuentes, 

Psicólogo y Director de Pranavida

europapress