Litio, pal pago de los bomberos

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Javier Fuenzalida


El debate sobre el Litio es superficial por ignorancia. No es un problema ecológico ni de calentamiento global ni va a empobrecer a las pocas personas que habitan en sus cercanías. Lo ecologistas profundos quieren que no se toque, pero profitan de la explotación del cobre, hierro, oro, plata, de los recursos marinos, forestales y agrícolas. Andan en automóviles y en aviones contaminantes, pero los critican. No quieren nada, pero tampoco quieren suicidarse.

La discusión política se centra en quien explotará apenas el 4,4 % de las reservas de litio del país. La izquierda quiere que no se asigne este mes, sino que cuando ellos manejen el gobierno. Mal olor.

Otros izquierdistas no ecológicos quieren que las reservas sean estatales, como si el estado no contaminara. Por lo demás ya está en la constitución que quieren derogar (Art 19 N° 24) como también en el código de minería. Junto a los lujosos sindicatos del cobre, son partidarios de la empresa estatal que se gestiona en forma politiquera. Una ventanita para engrosar la burocracia y arriesgar una gestión como la de Enami que ya muestra una deuda de US $ 500 millones sin respaldos.

La licitación próxima es para explotar 400.000 toneladas de litio metálico por 20 años. De las 70 propuestas recibidas hay cinco que cumplen con los requisitos exigidos, cada una con una oferta para pagar al fisco el 60 % de los flujos del proyecto más los respectivos impuestos que generarán. El precio por tonelada actual es de US $ 6.500 por ton, lo que significa que en los 20 años la producción generará un valor de US $ 2.600 millones, de los que la participación estatal será de US $ 1.560 millones sin mover un dedo. No hay por donde perderse. Es mejor la concesión que inmovilizar miles de millones de dólares de impuestos y mantener a familias de escasos recursos en insalubres campamentos.

Argentina, con una crítica economía es más realista. Acaba de asignar una concesión a inversionistas surcoreanos para producir 25.000 tons anuales con una inversión de US $ 830 millones iniciando la producción en 2024. Nosotros nos quedaremos mirando porque el gobierno de chile no tiene ese dinero y si lo tuviera tendrá que hacer para los programas sociales. De igual modo, Bolivia está negociando con ocho empresas de USA, China, Rusia y Argentina para comenzar a producir en 2025.

Boric, supongo que está de acuerdo en la licitación, pero, obviamente quiere que la adjudicación se postergue para que pueda lucirse en sus primeros actos como presidente, como si no tuviera nada que resolver. Su argumento, sin pruebas, es que hay “problemas de tiempo, forma y fondo” sin explicar cuáles son estas curiosas barreras que impedirían cumplir con la fecha de adjudicación del 14 del presente mes. Goloso. Mal comienzo.

La explotación estatal significaría invertir US $2.500 millones. Entonces ese capital no estará disponible para el desarrollo social. Según la información oficial, hay un déficit habitacional de 750.000 unidades. Si cada vivienda tiene un costo del orden US $ 50.000 dejará de construirse 50.000 viviendas sociales. Mas campamentos.

Si la política es honrada, me imagino al presidente visitando algún campamento dirigiéndose a sus pobladores señalando:

“Estimados trabajadores, el gobierno cumpliendo con sus fines de progreso, ha decidido invertir un inmenso capital para la explotación de 80.000 toneladas de litio, contribuyendo al bienestar nacional. Es por ello que debo informarles que no se podrán construir 50.000 viviendas para ustedes y sus familias, por lo que les estamos muy agradecido por este noble sacrificio, valioso y decisivo aporte al país, postergando para años futuros el justo anhelo de poseer una vivienda digna” ¿Habrá algún político, presidente, ministro parlamentario o líder político que tenga la valentía y la honradez de comunicarles a los habitantes de los 802 campamentos existentes en el país y en los que habitan precariamente 47.050 familias, un conglomerado de 200.000 personas, que la inversión pública en vivienda no es prioritaria, por lo tanto no se construirán el número de viviendas sociales que acaben con estas precarias media aguas donde conviven en forma aglomerada sacrificadas familias?

Ese será el precio del litio estatal. Como se dice ahora, sería como un discurso del odio hacia la población más vulnerable.


Javier Fuenzalida A.

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