La complejidad de la inflación exige respuestas cautelosas

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Victor SalasTenemos una fuerte presión inflacionaria, que llegó a 5,3% anualizada en setiembre 2021, mientras el Banco Central estima 5,7% para fin de año.

Se ha hecho hincapié en que la inflación es causada principalmente por el aumento de la demanda interna, todas causas temporales: por el aumento del gasto fiscal (IFE universal de junio a setiembre y ampliado a noviembre, donde se termina) de alrededor de 16 mil millones y por los retiros de fondos previsionales, especialmente el tercero de ellos, que desde mayo a julio significó incorporar a la economía 13.217 millones de dólares (4.405 millones promedio mensual) y que en agosto aumentó solo en 413 millones, es decir, sus efectos inflacionarios a la fecha están declinando fuertemente. A esto se agrega que los productos que más subieron en septiembre, son los que han tenido alzas temporales, entre ellos, principalmente la carne, por mayor demanda en septiembre, los pasajes de viajes aéreos nacionales e internacionales, por reciente apertura y el consiguiente aumento de viajes, la compra de automóviles nuevos, que se acumuló porque no estaban llegando por la pandemia, que también afectó su producción en los países de origen y también por aumento del precio del tomate, típico producto de temporada.

La temporalidad de la situación inflacionaria queda clara al reconocer que, la introducción de recursos en la economía por el IFE, que se traduce en aumento del consumo y presiones en los precios, tiene término y llegará hasta la mitad de diciembre, mientras que la entrada de dineros disponibles para la población, por el tercer retiro de fondos previsionales, se ha estado reduciendo desde agosto y solo queda su efecto de inercia sobre el consumo y los precios.

Para estimar el destino de los retiros de fondos previsionales, del tercero y del potencial 4º retiro, se puede asumir que tendrán una distribución cercana con los dos primeros. En el informe sobre el uso de los retiros de ahorros previsionales del año 2020 (Banco Central, marzo 2021, pp.57), se observa que el 62,2% de los recursos retirados fueron destinados al ahorro, una parte para comprar activos financieros y otra se constituyó en depósitos en las cuentas corrientes correspondientes.

Sabemos que el primer y segundo retiro fue realizado en su mayoría por cotizantes de más bajas rentas que, a su vez, tenían alta urgencia de financiar sus consumos y pagar sus deudas. En cambio, en el cuarto retiro, los mayores montos serian retirados por cotizantes desde el séptimo al décimo decil, cuyas rentas promedio van desde 922 a 3.544 mil pesos mensuales. Luego, del total de recursos que podrían ser retirados (16 mil millones de dólares) no se puede esperar altos y constantes efectos, solo un tercio se convertirá en aumento del consumo y presionará los precios. Más bien, se podría esperar que la mayor cantidad de recursos que se retiren en esta cuarta oportunidad serán destinados a la compra de activos financieros.

Lo que provocará una especial situación en el mercado financiero, por un lado, las AFP saldrán al mercado nacional a vender activos para financiar la entrega del retiro aumentando la oferta de bonos y subiendo la tasa de interés. Pero, si la mayor parte de las decisiones de los que retiran fondos será demandar activos financieros, ello tenderá a compensar el alza de la tasa de interés en el mercado financiero. El que seguramente se verá solo leve y temporalmente alterado, por este retiro, el que tampoco debiera tener un gran impacto en aumentar el consumo y la demanda interna y los precios.

Los procesos políticos y sociales del país, desde lo más coyuntural al mediano plazo (acusación constitucional a Piñera, elección Presidencial y nueva Constitución) generan incertidumbre que también es un factor de inestabilidad macroeconómica y está provocando altos impactos sobre el tipo de cambio, que muestra alta volatilidad y aumento persistente de su valor, fluctuando al alza en los últimos meses, entre 731,1 pesos por dólar desde el 25 de junio a 810,63 el 08 de octubre. Comportamiento que finalmente, si los agentes económicos consideran que el alza perdurará, va a ser posible que se traspase a los precios de los bienes y servicios importados (petróleo, gas, trigo, autos nuevos entre otros).

Así, entonces, el fenómeno inflacionario se vuelve bastante más complejo que un aumento del gasto fiscal más retiros, por lo que habría que ser cauteloso con este dato de la inflación de setiembre y no sobrereaccionar.


Víctor Salas Opazo

Departamento de Economía

Universidad de Santiago de Chile

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