​Construyendo Sobre La Roca

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Juan David Quijano (Columnista)


Hace un tiempo escuché a un pastor contar la historia de un hombre que compró un terreno que había sido usado como vertedero de basura, el cual comenzó a rellenar con capas de tierra, las que fueron compactadas con maquinaria especializada, hasta que el basurero desapareció y dio origen a un gran terreno bien nivelado. Luego comenzaron a trazar calles y edificar hermosas casas, plazas y juegos infantiles, dando origen a un moderno barrio residencial. Las casas se vendieron rápidamente y las familias estaban felices viviendo en su nuevo hogar. Pero al poco tiempo las calles comenzaron a desnivelarse, las veredas se fueron rompiendo, los pisos de las casas se fueron hundiendo, las paredes se quebraron y los techos se rompieron. Esto provocó que una a una las casas fueran abandonadas y con el tiempo este lindo lugar quedó vacío y reducido a escombros.

Este triste desenlace quizás era fácil de predecir, ya que este hermoso vecindario de lindas casas, finalmente fue construido sobre la basura.

Lamentablemente en nuestra sociedad hay algunas personas que construyen sus vidas de igual manera, con hermosos adornos exteriores, como una buena apariencia, o cierta elocuencia, estudios superiores, a veces con fama o simplemente mostrando una amabilidad, humildad o virtud inexistentes, ya que por dentro están llenos de egoísmo, envidias, robos, mentira, violencia, deseos desordenados, soberbia, engaño, violación, etc., por lo que al poco tiempo comienzan a agrietarse, sus cimientos empiezan a hundirse, sus paredes se rompen, dejando vidas vacías y derrumbadas.

Esto quizás explica la gran cantidad de niños abandonados, y de madres que deben criar solas a sus hijos, o el creciente índice de violencia y criminalidad en nuestro país.

Es muy triste ver como miles de mujeres han debido interponer una orden de retención para el retiro del 10% de la AFP, por padres que se han negado a cumplir con la pensión alimenticia de sus hijos, y es aún más triste e indignante ver cómo algunos de estos hombres amenazan a sus exparejas e incluso a sus hijos, por este hecho.

Por eso debemos analizar sobre qué, estamos edificando nuestras vidas, qué principios nos rigen y cuáles son los valores que estamos inculcando en nuestros hijos.

En el capítulo 7 de libro de Mateo (versos del 24 al 27), es el propio Señor Jesús quien nos dice: “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”.

Por eso construyamos sobre la roca que es Cristo, tal como nos lo dice David en el capítulo 22 de 2ª de Samuel: “Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste”.


Juan David Quijano

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