Lo anterior, en línea con el dramático anuncio que la empresa había realizado el 21 de junio, cuando pidió que le compraran su stock para poder pagar los finiquitos.
Ese día se acogió al proceso de liquidación voluntaria y a la continuidad de giro provisional. En esa instancia, 35 trabajadores se mantuvieron en sus labores.
Aunque tras ello el sindicato se había mantenido esperanzado con la continuidad debido a los buenos resultados económicos que había obtenido la liquidadora provisional que tomó la administración de la compañía, según informa Radio BioBío.
Pero no se pudo y pese a la propuesta de ellos y de la liquidadora, la molinera determinó declarar el fin definitivo de sus operaciones en Chile tras 80 años, que dejará alrededor de 200 trabajadores desempleados.