En Chile, la deserción escolar sigue siendo un obstáculo en el camino hacia la igualdad de oportunidades en la educación. La falta de motivación, los problemas de aprendizaje no abordados, la pobreza, la violencia en las comunidades educativas y la falta de apoyo familiar son solo algunos de los factores que contribuyen a esta problemática.
La creciente ola de violencia que afecta a las escuelas chilenas es un fenómeno alarmante que demanda una respuesta urgente por parte de la sociedad en su conjunto. Los casos de agresiones físicas, bullying, acoso escolar y conflictos violentos entre estudiantes no solo representan una amenaza para la integridad física y emocional de los estudiantes y de los docentes, sino que también socavan los cimientos de nuestra convivencia.